Cada 23 de mayo se celebra el Día Mundial de la Tortuga, una fecha creada para promover la conservación de estos animales que han habitado la Tierra por más de 200 millones de años. Más que una simple efeméride, este día busca generar conciencia sobre las amenazas que enfrentan las tortugas y la urgente necesidad de proteger su hábitat.
Las tortugas son reptiles quelonios reconocidos por su característico caparazón formado por escamas de queratina, que les sirve de defensa, regulador térmico y almacén de calcio. Han sobrevivido incluso a la extinción de los dinosaurios, adaptándose a una gran variedad de ecosistemas: desde ríos y lagos hasta bosques, océanos y montañas.
Actualmente, existen aproximadamente 360 especies de tortugas divididas en tres grupos principales:
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Tortugas terrestres: Algunas especies alcanzan hasta 1.5 metros de longitud y pueden pesar más de 300 kilos.
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Tortugas de agua dulce: Son las más pequeñas, midiendo hasta 50 cm.
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Tortugas marinas: Las más grandes, que pueden superar los 2 metros y alcanzar hasta una tonelada de peso.
Además de su impresionante longevidad, con ejemplares que han vivido más de un siglo, las tortugas son ovíparas y suelen regresar cada año a lugares específicos para desovar, utilizando el calor de la tierra para incubar sus huevos.
A pesar de su resistencia a lo largo del tiempo, más del 50% de las tortugas están hoy en peligro de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La caza furtiva, la destrucción de sus hábitats naturales, el comercio ilegal de mascotas y la contaminación son factores que aceleran su declive.
Las tortugas marinas, en particular, enfrentan desafíos adicionales como la contaminación plástica, el desarrollo costero indiscriminado y la pesca incidental. El plástico representa una amenaza mortal: a menudo confunden bolsas y otros residuos con alimento, o quedan atrapadas en anillas y redes, lo que puede provocarles graves lesiones o la muerte.
Estas especies juegan un papel esencial en la salud de los ecosistemas acuáticos y marinos. Contribuyen a mantener limpias las aguas al consumir peces muertos y ayudan a equilibrar la flora y fauna submarina. Por ello, protegerlas no solo es una cuestión de preservar una especie, sino de garantizar la salud y el equilibrio de nuestros océanos.
La conservación de las tortugas es una responsabilidad colectiva. Para reducir el impacto humano, es crucial disminuir el consumo de plásticos y manejar adecuadamente nuestros residuos. Algunas acciones sencillas que todos podemos adoptar incluyen:
Usar botellas reutilizables y bolsas ecológicas en lugar de plásticos desechables, cortar las anillas de latas antes de desecharlas para evitar que las tortugas queden atrapadas, reciclar y reutilizar materiales plásticos siempre que sea posible, evitar productos plásticos de un solo uso como pajillas, cubiertos o vasos, depositar basura en contenedores adecuados para impedir que llegue a ríos y océanos, participar en jornadas de limpieza de playas y ríos, recogiendo desechos, sin importar quién los haya dejado.
En conclusión, el Día Mundial de la Tortuga es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y reafirmar nuestro compromiso con la protección de estas increíbles criaturas. Preservar a las tortugas es preservar la biodiversidad y la salud de nuestro planeta. En Notidex te invitamos a ser parte de este movimiento y actuar en favor de la conservación.