Metepec, reconocido a nivel nacional e internacional como un Pueblo Mágico por sus emblemáticos árboles de la vida y su tradicional alfarería, atraviesa una de las crisis más profundas en su historia artesanal. Durante los últimos seis años, los talleres locales han visto caer sus ventas hasta en un 40%, consecuencia directa de la presencia masiva de productos chinos en los mercados formales e informales de la región.
El atractivo turístico de Metepec ha sido durante décadas el trabajo minucioso de sus artesanos, quienes transmiten técnicas ancestrales en cada pieza de barro. Sin embargo, la situación cambió con la llegada de mercancías importadas que imitan sus diseños.
Macetas, figuras y decoraciones de barro, que deberían ser íconos del talento local, son ahora reemplazadas por copias asiáticas. En plataformas como AliExpress, es posible encontrar una maceta por menos de 40 pesos, mientras que una elaborada por artesanos de Metepec ronda los 120 pesos. La diferencia de precio provoca que turistas nacionales y extranjeros se lleven imitaciones creyendo que apoyan la producción local.
Según datos de Data México, en 2024 Toluca importó 830 millones de dólares en productos procedentes de China, muchos de ellos en competencia directa con la alfarería metepequense. Esta tendencia se suma al déficit comercial de México con China, que en 2023 alcanzó los 62,707 millones de dólares, lo que evidencia la magnitud del problema.
El efecto en Metepec ha sido devastador: cierre de talleres familiares y locales comerciales, principalmente en barrios con tradición artesanal como Espíritu Santo y Santa Cruz.
Los artesanos señalan que no se trata de un simple tema de comercio, sino de preservar una identidad cultural que ha dado a Metepec un lugar especial en el mapa turístico y artístico de México. Reclaman la creación de regulaciones más estrictas, así como apoyo gubernamental que permita equilibrar la balanza frente a la competencia desleal.
Asimismo, hacen un llamado urgente a los consumidores para que reconozcan el valor de una pieza auténtica: cada maceta, figura o árbol de la vida representa horas de trabajo manual, creatividad y tradición heredada por generaciones.
La crisis actual abre un debate crucial: ¿cómo lograr que los productos artesanales compitan en un mercado globalizado donde la imitación y el bajo costo predominan? La respuesta podría encontrarse en la promoción del consumo responsable, en el fortalecimiento de marcas colectivas que garanticen la autenticidad de las piezas y en el impulso al turismo cultural que diferencie lo original de lo industrial.
Mientras tanto, Metepec resiste, con la esperanza de que su legado artesanal no se diluya entre las vitrinas repletas de imitaciones extranjeras.