La inteligencia artificial (IA) ha llegado para transformar muchos sectores creativos, y la fotografía no es la excepción. Desde algoritmos que corrigen automáticamente una imagen hasta programas que generan retratos hiperrealistas sin que haya existido nunca una cámara de por medio, el debate está abierto: ¿es la IA una aliada del fotógrafo o una amenaza para la profesión?
Soy Carlos Prats García, fotógrafo y diseñador gráfico, y quiero compartir mi visión sobre este tema que está marcando el presente y futuro de nuestra industria.
📌 Cómo se usa la inteligencia artificial en fotografía
La IA no solo crea imágenes desde cero; también se integra en herramientas que muchos usamos a diario:
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Edición automática: programas como Lightroom o Photoshop ya utilizan IA para eliminar objetos, mejorar la nitidez o ajustar la luz en segundos.
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Generación de imágenes: plataformas como MidJourney, DALL·E o Stable Diffusion permiten crear fotografías inexistentes a partir de texto.
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Asistencia creativa: la IA puede sugerir encuadres, aplicar estilos o incluso restaurar fotos antiguas.
✅ La IA como herramienta
La inteligencia artificial puede ser una gran aliada si la usamos con criterio:
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Ahorra tiempo: automatiza tareas repetitivas de edición.
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Amplía posibilidades creativas: nos permite experimentar con ideas imposibles de lograr en la realidad.
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Accesibilidad: facilita que personas con menos conocimientos técnicos puedan acercarse a la fotografía.
⚠️ La IA como amenaza
Pero no todo es positivo. La IA también plantea desafíos importantes:
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Autenticidad: distinguir entre una foto real y una generada por IA será cada vez más complicado.
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Valor profesional: algunos clientes podrían optar por imágenes creadas con IA en lugar de contratar a un fotógrafo.
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Derechos de autor: ¿quién es dueño de una imagen generada por una máquina? El debate legal aún está en curso.
🤔 ¿Dónde queda el fotógrafo?
Como fotógrafo, creo que la esencia de nuestro trabajo no está solo en la imagen final, sino en el ojo humano que decide qué capturar, cuándo hacerlo y cómo transmitir una emoción. La IA puede imitar estilos, pero no puede reemplazar la experiencia, la empatía ni la visión personal de un creador.