Un golpe a la credibilidad del cabildo
El municipio de Ocoyoacac, Estado de México, se encuentra en problemas luego de que el cuarto regidor, Juan Carlos Montaño, fuera denunciado ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) por abuso sexual.
La acusación, de enorme gravedad, podría derivar en su detención y marca un duro golpe a la credibilidad y confianza en el cabildo local.
La gravedad de la denuncia
El señalamiento por abuso sexual no es un asunto menor. Se trata de un delito que afecta la integridad y seguridad de las personas, además de mostrar un rostro preocupante de quienes deberían representar a la ciudadanía.
La denuncia contra Montaño deja en entredicho no solo su honorabilidad personal, sino también la seriedad con la que los representantes públicos son elegidos para proteger a la sociedad y velar por el bienestar común.
Daño a la imagen institucional
La administración municipal de Ocoyoacac enfrenta ahora una crisis de imagen difícil de revertir. Que un regidor, pieza clave en la toma de decisiones del ayuntamiento, sea acusado de un crimen tan delicado como el abuso sexual, genera una pérdida de legitimidad y erosiona la confianza ciudadana en el gobierno local.
La reputación del cabildo queda manchada y, mientras no haya una respuesta clara y contundente por parte de las autoridades, el descrédito político seguirá creciendo.
Los habitantes de Ocoyoacac merecen transparencia y una respuesta inmediata de las autoridades correspondientes. No se puede permitir que un cargo público permanezca bajo sospecha de delitos sexuales sin que se aclare su situación legal.
La ciudadanía exige un proceso transparente que deje en claro si Montaño debe enfrentar la justicia y ser separado de su cargo para evitar un uso indebido de su posición de poder.
El caso del regidor Juan Carlos Montaño no es un hecho aislado, sino un reflejo de cómo la política local puede verse corrompida por el abuso de autoridad y la impunidad.
El cabildo de Ocoyoacac enfrenta un momento crítico: o actúa con firmeza y se deslinda de las conductas delictivas, o se arriesga a perder por completo la credibilidad ante los ciudadanos.