Mantener una cocina limpia va mucho más allá de tener el fregadero despejado: implica aplicar técnicas correctas de higiene que la ciencia ha demostrado esenciales para prevenir enfermedades. Aunque lavar los platos parezca una tarea simple, estudios microbiológicos muestran que hacerlo mal puede convertir la cocina en una de las áreas más contaminadas del hogar.
En Notidex reunimos investigaciones de organismos de salud pública y diversos estudios científicos para ofrecerte una guía completa, clara y práctica sobre cómo lavar los platos correctamente, qué utensilios usar y cuáles son los errores que más favorecen la contaminación cruzada.
1. Preparación: manos limpias, fregadero desinfectado y buena organización
Antes de sumergir el primer plato en agua jabonosa, la higiene debe comenzar por lo básico: lavarte las manos con agua y jabón. Investigaciones del ámbito sanitario coinciden en que las manos son uno de los principales vehículos de bacterias, especialmente cuando se manipula carne cruda, pollo, huevo o basura.
El siguiente paso es preparar el área de trabajo. El fregadero y el desagüe son superficies que tienden a acumular altas concentraciones de microorganismos. Estudios microbiológicos recomiendan limpiarlos con detergente y, si es posible, aplicar un desinfectante suave, como una dilución de lejía apta para cocina.
Por último, organiza el espacio dividiéndolo en dos zonas:
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Zona A: utensilios sucios
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Zona B: platos limpios o en proceso de secado
Esta separación es clave para evitar que un plato ya limpio vuelva a contaminarse al entrar en contacto con lo sucio.
2. Esponja vs. cepillo: ¿qué es más higiénico?
Las investigaciones sobre utensilios de lavado revelan un dato inquietante: las esponjas son uno de los objetos más contaminados del hogar. Diversos estudios han demostrado que pueden albergar altas cantidades de bacterias y permitir la supervivencia de patógenos como Salmonella durante más de una semana.
Los cepillos de cerdas plásticas, en cambio, retienen mucha menos humedad y se secan rápidamente, lo que dificulta la supervivencia bacteriana. Por ello, los consideran una opción mucho más segura.
✔ Recomendaciones:
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Mejor opción: cepillo de cerdas plásticas que pueda colgarse para facilitar su secado.
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Si eliges esponja:
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Que sea sintética, de poro fino y preferentemente con un lado suave y otro más abrasivo.
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Utiliza una esponja solo para lavar vajilla y otra totalmente distinta para limpiar superficies.
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Exprime bien después de cada uso y evita dejarla encharcada.
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Investigaciones internacionales estiman que el 80 % de las esponjas domésticas analizadas presenta niveles elevados de bacterias y coliformes, muchas veces incluyendo especies potencialmente patógenas.
3. Cómo desinfectar la esponja o el cepillo de forma eficaz
Aunque uses un cepillo, la desinfección periódica es indispensable. Estudios sobre tratamiento de utensilios de limpieza coinciden en que algunas técnicas funcionan mucho mejor que otras.
Métodos efectivos:
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Hervir la esponja o el cepillo durante 5 minutos.
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Lejía o jabón diluida (aprox. 1 cucharada por litro de agua), dejando actuar de 5 a 10 minutos antes de enjuagar.
Además, los expertos recomiendan reemplazar la esponja cada 1–3 semanas, dependiendo de la frecuencia de uso.
4. Técnica correcta del jabón y del agua: cómo lavar de manera eficiente
Las investigaciones sobre hábitos de lavado de platos clasifican tres métodos principales de uso del detergente:
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Detergente mezclado en un fregadero lleno de agua.
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Aplicación directa del detergente sobre el plato.
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Uso del detergente en la esponja o cepillo.
✔ Para el hogar, el método más práctico y efectivo es:
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Llenar el fregadero o una palangana con agua caliente y detergente.
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Temperatura ideal: 45–50 °C, lo más caliente que puedas tolerar.
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Evitar lavar todo bajo el grifo abierto, ya que investigaciones indican que no mejora la higiene y desperdicia grandes cantidades de agua.
Pasos recomendados:
1. Pre-limpieza
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Retira los restos de comida con una espátula o servilleta.
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Si algo está muy adherido, deja el plato en remojo.
2. Lavado
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Sumerge cada utensilio en el agua jabonosa.
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Frota todas las superficies: interior, bordes y parte inferior.
3. Aclarado
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Enjuaga en agua limpia, idealmente en un segundo recipiente.
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No apoyes los platos ya lavados en el fregadero sucio.
4. Desinfección (opcional)
Recomendada para hogares con personas vulnerables:
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Usa un tercer recipiente con agua y un desinfectante apto para cocina en la concentración indicada por el fabricante.
5. Secado
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Lo más higiénico es el secado al aire.
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Si utilizas un paño, debe estar completamente limpio y seco, ya que estos textiles pueden contaminarse fácilmente.
5. Orden correcto de lavado para evitar recontaminación
Las guías de higiene recomiendan seguir un orden estratégico para evitar que la grasa y los residuos se transfieran a utensilios más delicados.
✔ Orden ideal:
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Vasos y copas
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Tazas y cubiertos
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Platos y tazones
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Utensilios y recipientes grasosos
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Artículos que tocaron carne cruda (lo ideal es lavarlos por separado y desinfectarlos)
Este orden evita que las piezas más limpias entren en contacto con microbios o grasa procedentes de utensilios más sucios.
6. Cómo evitar la contaminación cruzada en el proceso de lavado
Las investigaciones en hogares muestran que la mayor parte de la contaminación cruzada proviene de hábitos incorrectos, más que de los propios alimentos.
Reglas esenciales:
✔ Utensilios diferenciados
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Usa tablas, cuchillos y esponjas distintas para alimentos crudos y para alimentos listos para comer.
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Si debes usar los mismos, lávalos y desinféctalos inmediatamente.
✔ Esponja o cepillo separados
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Ten uno exclusivo para vajilla común.
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Y otro para utensilios que hayan tocado carne cruda o superficies muy sucias.
✔ Manos limpias en cada etapa
Estudios de observación muestran que muchas personas no se lavan las manos entre tareas, lo que aumenta drásticamente la contaminación de ensaladas y alimentos sin cocción.
✔ No lavar carne cruda en el fregadero
Lavar pollo o carne bajo el grifo dispersa bacterias por todo el entorno: platos, esponjas y superficies.
✔ Desinfecta después de manipular carne cruda
Fregadero, rejilla y encimeras deben limpiarse y desinfectarse una vez termines.
7. Errores más comunes al lavar platos y cómo corregirlos
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Usar la misma esponja durante semanas o meses
Contienen grandes cantidades de bacterias, incluso después de enjuague.
✔ Solución: cámbiala cada 1–3 semanas. -
No desinfectar la esponja o el cepillo
✔ Solución: hervir, usar lejía diluida o lavavajillas. -
Lavar todo bajo el grifo abierto
✔ Solución: usa un fregadero o palangana con agua jabonosa. -
No cambiar el agua cuando está muy turbia o grasosa
✔ Solución: reemplázala a medida que pierda eficacia. -
Secar con paños húmedos o sucios
✔ Solución: secado al aire o paños lavados con frecuencia. -
Poner platos limpios junto a los sucios
✔ Solución: mantener zonas separadas siempre.
En conclusión, la evidencia científica es clara: lavar los platos no es solo una tarea doméstica rutinaria, sino una práctica esencial para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos. Elegir el utensilio adecuado, seguir un orden lógico, desinfectar lo necesario y mantener una buena higiene de manos y superficies puede marcar una gran diferencia.
Fuentes consultadas:
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Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
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Journal of Pure and Applied Microbiology
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UniversalClass – Seguridad alimentaria doméstica
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AMI Journals (American Society for Microbiology)
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PubMed – Estudios sobre Salmonella y Campylobacter
-
Nofima – Instituto Noruego de Investigación Alimentaria







