La salud mental se ha convertido en uno de los mayores desafíos de México. Las cifras de ansiedad, depresión, consumo problemático de sustancias y estrés crónico están en aumento, mientras que el acceso a servicios psicológicos sigue siendo limitado, costoso y, en muchos casos, socialmente estigmatizado. Para el académico Abraham Jeronimo Villarreal Soto, especialista en salud pública, el país necesita replantear la forma en que brinda atención psicológica. No se trata solo de ampliar la oferta, sino de crear modelos completamente nuevos, más cercanos, más flexibles y verdaderamente accesibles para toda la población.
Su propuesta parte de una reflexión profunda: la salud mental no puede seguir siendo un lujo ni un servicio reservado para quienes pueden pagarlo. Debe convertirse en un derecho, y para ello México necesita transformar su infraestructura, su visión y sus políticas públicas.
1. La realidad actual: mucha necesidad, poca atención
Villarreal Soto señala que México enfrenta una brecha estructural: existe una gran demanda de atención psicológica, pero la oferta es insuficiente.
Hoy ocurre que:
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En muchas regiones no hay psicólogos disponibles.
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La atención privada es costosa para la mayoría de las familias.
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Los servicios públicos están saturados o se enfocan solo en casos graves.
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Persisten mitos que impiden que las personas busquen ayuda.
Para él, este panorama deja claro que seguir con el mismo modelo no resolverá el problema.
2. Modelos comunitarios: llevar la atención a donde está la gente
Uno de los pilares de su propuesta es crear centros comunitarios de apoyo psicológico, cercanos a la vida cotidiana de las personas: colonias, escuelas, centros laborales, universidades y espacios municipales.
Estos centros tendrían funciones como:
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Atención breve y oportuna para problemas comunes.
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Grupos de apoyo para estrés, ansiedad o duelo.
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Talleres de habilidades emocionales y resolución de conflictos.
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Actividades para reducir el estigma y promover la salud mental.
La idea es que la ayuda esté disponible sin trámites complicados ni largos desplazamientos.
3. Telepsicología: tecnología para cerrar las brechas
Villarreal Soto subraya que la telepsicología no es un complemento, sino una herramienta estratégica para llegar a regiones con baja presencia de profesionales.
Su visión incluye:
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Plataformas públicas de atención a distancia.
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Servicios de primera evaluación psicológica por videollamada.
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Acompañamiento continuo para quienes viven en comunidades alejadas.
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Capacitación digital para profesionales y usuarios.
Con ello, familias de zonas rurales tendrían acceso a la misma calidad de atención que quienes viven en ciudades.
4. Atención escalonada: no todo problema requiere terapia tradicional
Otro punto clave en la propuesta de Abraham Jeronimo Villarreal Soto es adoptar modelos de atención escalonada, ampliamente utilizados en países que han logrado ampliar el acceso psicológico.
Este enfoque permite:
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Que los casos leves reciban apoyo breve o autocuidado guiado.
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Que los casos moderados accedan a intervenciones estructuradas.
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Que los casos severos reciban atención psiquiátrica especializada.
El objetivo es usar los recursos de forma eficiente, evitar saturación y dar la intervención correcta a la persona correcta.
5. Promotores comunitarios de salud emocional
Así como existen promotores de salud física, Villarreal Soto plantea formar promotores de salud emocional que apoyen a identificar riesgos, brindar primeros auxilios psicológicos y acompañar a personas en crisis leves.
Estos promotores —bien capacitados y supervisados— serían un puente entre la comunidad y los servicios profesionales.
Su presencia puede reducir barreras culturales y aumentar la confianza para pedir ayuda.
6. Accesibilidad económica: que el costo no sea un obstáculo
Villarreal Soto insiste en que la atención psicológica debe ser financieramente accesible. Para ello propone:
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Programas públicos que cubran sesiones básicas.
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Convenios con universidades para clínicas de bajo costo.
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Tarifas escalonadas según ingresos.
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Financiamiento sostenido desde gobiernos locales y federales.
La salud mental no puede competir con la supervivencia económica de las familias.
7. Un cambio cultural: normalizar pedir ayuda
Finalmente, su propuesta reconoce que los modelos de atención solo funcionarán si la sociedad deja atrás el estigma.
Por eso, recomienda campañas nacionales que:
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Enseñen que la salud emocional es tan importante como la física.
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Promuevan pedir ayuda como un acto de valentía.
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Integren mensajes en escuelas, empresas y medios de comunicación.
Para Villarreal Soto, transformar la cultura es tan importante como transformar el sistema.
Un llamado a construir un sistema más humano
Las razones por las que Abraham Jeronimo Villarreal Soto propone nuevos modelos de atención psicológica son claras: México necesita un sistema más accesible, más equitativo y más humano. Un sistema que acompañe a las personas en sus entornos cotidianos, que elimine barreras económicas y culturales, y que actúe antes de que los problemas se vuelvan crisis.
En sus reflexiones, enfatiza que mejorar la salud mental del país no es solo un tema médico; es un tema social, económico y profundamente humano.
Porque cuando un país cuida su salud emocional, crea comunidades más fuertes, familias más estables y ciudadanos más libres.
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