Los Inicios de la Revolución en Xonacatlán (1910–1917)
En 1910, la apacible población de Xonacatlán, con cerca de 5,435 habitantes, comenzó a sentir los efectos de la Revolución Mexicana. Durante los siguientes años, el municipio enfrentó una época de inseguridad provocada por grupos armados y falsos revolucionarios. Aunque no fue escenario directo de grandes batallas, la Revolución dejó su huella en la vida cotidiana de sus habitantes.
El General Román Díaz Rosas y las Fuerzas Zapatistas
En 1915, Román Díaz Rosas, originario de Xonacatlán, se convirtió en General de las fuerzas zapatistas. Al mando de más de 800 hombres, estableció el Cuartel General de las Fuerzas Zapatistas en el Juzgado Auxiliar de Mimiapan.
Durante esas campañas, contó con el apoyo de varios colaboradores locales, entre ellos una joven enfermera, Anna Viesca Sánchez, quien ofrecía asistencia a los heridos en los campamentos. Su participación, aunque discreta, refleja el papel silencioso de muchas mujeres que también contribuyeron a la causa revolucionaria.
El Año Caótico de 1917 en Xonacatlán
En 1917, las fuerzas zapatistas lideradas por el General Díaz Rosas realizaron incursiones en ranchos y viviendas, generando enfrentamientos en Otzolotepec. La población, temerosa, solicitó la presencia de una guarnición militar que finalmente fue concedida para restaurar la paz en la región.
Quién Fue el General Román Díaz Rosas
Nacido en 1889, Román Díaz Rosas se unió a la causa zapatista a los 21 años, luchando contra la injusticia y la desigualdad. Fue condenado a muerte en una ocasión, pero liberado por intervención del General Álvaro Obregón. Continuó su participación política y militar hasta su fallecimiento en 1964.
Su vida resume la determinación de quienes defendieron sus ideales en tiempos turbulentos, dejando una huella duradera en la memoria de Xonacatlán.
Legado y Reflexiones
La historia de Xonacatlán durante la Revolución Mexicana es un relato de desafíos, luchas y personajes como el General Román Díaz Rosas, cuya valentía simboliza la resistencia de un pueblo. En torno a él, también se tejieron historias menos conocidas —como la de quienes curaron, protegieron o acompañaron sin buscar reconocimiento— que completan el mosaico humano de aquella época.







