El diputado federal del Partido Verde, Eruviel Ávila Villegas, ha presentado una iniciativa que busca ofrecer a los estudiantes de escuelas públicas y privadas en México hasta cinco días de ausencia por semestre para enfocarse en su salud mental. Esta propuesta se enmarca en la necesidad de brindar atención a temas emocionales que, a menudo, los estudiantes enfrentan, como el duelo, la ansiedad o el estrés escolar.
¿En qué consiste la iniciativa?
La propuesta de Ávila sugiere reformar tanto la Ley de Educación como la Ley de Salud, con el fin de garantizar que los estudiantes puedan ausentarse de manera justificada y sin repercusiones académicas por motivos relacionados con su bienestar emocional. Los estudiantes tendrían la posibilidad de tomar hasta cinco días libres cada semestre para abordar temas como la pérdida de un ser querido, el manejo del estrés o cualquier otro asunto personal que impacte su salud mental.
“Existen experiencias muy positivas en varios países y estados de la Unión Americana, donde se permite al alumno faltar hasta cinco ocasiones por semestre para atender su salud mental, ya sea por el fallecimiento de un familiar, una mascota o cualquier tema personal”, comentó el legislador.
La importancia de la salud mental en el ámbito escolar
El enfoque de la propuesta radica en reconocer el impacto que las emociones y las presiones externas pueden tener en el rendimiento académico de los estudiantes. Según el diputado Ávila, el sistema educativo mexicano debe evolucionar para atender las necesidades emocionales de los jóvenes, quienes a menudo enfrentan situaciones que incluyen acoso escolar, violencia, exámenes exigentes y pérdidas personales. “Los jóvenes son el presente y el futuro de México; en el Partido Verde trabajamos para ellos”, señaló.
Diversos estudios apoyan esta iniciativa, demostrando la prevalencia de trastornos emocionales entre adolescentes. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) del Instituto Nacional de Salud Pública, uno de cada cinco adolescentes en México sufre algún tipo de trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. Estos problemas no solo afectan el bienestar de los jóvenes, sino que también repercuten en su rendimiento escolar y su capacidad de desarrollarse socialmente.
Estadísticas alarmantes sobre la salud mental en adolescentes
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha reportado que el 31% de los adolescentes mexicanos ha experimentado síntomas de depresión, mientras que un preocupante 16% ha tenido pensamientos suicidas en algún momento. Estos datos evidencian la urgencia de abordar el tema de la salud mental en las escuelas para evitar que estas condiciones continúen afectando la vida académica y personal de los estudiantes.
Además, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado estos problemas. Según el Informe Mundial sobre Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2022, la crisis sanitaria global aceleró el incremento de trastornos de salud mental, especialmente entre los jóvenes.
Beneficios de la propuesta para los estudiantes
Eruviel Ávila argumenta que, al permitir que los estudiantes tomen días libres para su bienestar emocional, se fomenta una mayor resiliencia y empatía en las generaciones jóvenes. Esto no solo beneficiaría su salud, sino que también tendría un impacto positivo en su rendimiento académico, al crear un entorno más saludable y comprensivo dentro del sistema educativo.
“La promoción y atención de la salud mental en las escuelas es fundamental para mejorar el rendimiento académico y formar personas más empáticas y capaces de enfrentar los retos del futuro”, concluyó Ávila.
La propuesta de Eruviel Ávila Villegas representa un avance significativo en la forma en que se abordan los problemas de salud mental en el ámbito educativo en México. Al garantizar a los estudiantes la posibilidad de ausentarse de las aulas para atender su bienestar emocional, se está reconociendo la importancia de la salud mental como parte integral de su desarrollo. Esta iniciativa podría sentar las bases para un sistema educativo más comprensivo, adaptado a las necesidades emocionales de los jóvenes.