Cempasúchil: El delicado arte detrás de la tradicional flor del día de muertos

Flor-cempasúchil
Flor-cempasúchil

Al entrar en los viveros de Agua Bendita, Timilpan, Estado de México, el aire se impregna del inconfundible aroma del cempasúchil. Esta flor, conocida como la flor de los muertos, es un símbolo central en las festividades del Día de Muertos, adornando ofrendas y tumbas con su vibrante color y fragancia. Aunque la flor es fácilmente reconocible en todo el país, pocos conocen el arduo trabajo detrás de su producción, especialmente en la comunidad de Agua Bendita, donde 3,000 productores se dedican a su cultivo.

Ubicada en el municipio de Timilpan, la comunidad de Agua Bendita ha cultivado cempasúchil por más de dos décadas. Los invernaderos que bordean la carretera Ixtlahuaca-Jilotepec albergan miles de estas flores bajo sus techos de plástico, en una labor que ha pasado de generación en generación. Marisol, una de las productoras locales, recuerda los inicios de este proyecto, cuando ingenieros agrícolas introdujeron la planta a la comunidad:

“Empezamos hace más de 20 años. Nos explicaron cómo cultivar la planta, y cada año seguimos probando y mejorando para obtener flores más grandes y resistentes.”

El cultivo del cempasúchil en Agua Bendita no es solo un negocio, es una tradición familiar. La mayoría de los productores son familias que han heredado el oficio de abuelos a nietos. Cada productor planta alrededor de 2,000 macetas por temporada, un trabajo que involucra a toda la familia.

Cultivar cempasúchil no es tarea fácil. Marisol explica que el proceso comienza en enero o febrero con la compra de la plántula, que se siembra entre el 27 de julio y el 5 de agosto. La preparación del suelo es crucial, utilizando tierra negra y hojas descompuestas para nutrir las plantas.

El proceso de trasplante es delicado y requiere cinco personas para garantizar que cada planta reciba el cuidado necesario. Marisol comenta: “Estas plantas son muy sensibles. Son propensas a plagas como caracoles y babosas, y requieren una constante vigilancia.” Además de controlar las plagas, es esencial regular la temperatura y la cantidad de agua. El exceso de humedad puede pudrir las plantas, mientras que una falta de agua las deshidrata y hace vulnerables a las enfermedades.

A pesar de los cuidados, no todas las plantas sobreviven. Aproximadamente 100 plantas por productor pueden salir “degeneradas”, es decir, deformes o incapaces de florecer adecuadamente. Algunos cempasúchiles no enraízan, mientras que otros se pudren o se queman.

Uno de los mayores retos para los productores de cempasúchil en Agua Bendita es la baja remuneración. A pesar del trabajo intensivo que implica su cultivo, los productores reciben tan solo $15 pesos por planta al por mayor y $20 al menudeo. Marisol lamenta que el precio no refleja el esfuerzo invertido: “La gente no ve el trabajo que hay detrás. Dicen que con agua y jabón crece, pero no es así. Debería venderse casi al doble.”

Los revendedores, que compran en grandes cantidades, a menudo imponen los precios, lo que deja a los productores con pocas opciones para negociar. A veces, los revendedores ganan más que los propios cultivadores, quienes deben aceptar las condiciones por temor a perder toda su inversión.

La venta de cempasúchil en los viveros de Agua Bendita comenzó el 1 de octubre, pero las fechas más importantes son del 25 de octubre al 1 de noviembre, cuando se espera que las ventas aumenten. Sin embargo, este año las ventas no han sido tan favorables, por lo que los productores locales, como Marisol, hacen un llamado a la comunidad para apoyar a los pequeños agricultores comprando directamente en los viveros.

En conclusión, el cempasúchil es mucho más que una simple flor; es un símbolo de vida, tradición y cultura en México. En los viveros de Agua Bendita, su cultivo es un testimonio del esfuerzo, dedicación y amor que las familias locales ponen en mantener viva esta tradición. Al apoyar a los productores locales, no solo estamos adquiriendo una flor, sino también valorando el trabajo de toda una comunidad que mantiene viva una de las tradiciones más queridas de nuestro país.