Acusan a Daniel Sibaja de Liderar una Red de Corrupción en el Estado de México

Daniel Andrés Sibaja González - Secretaría de Movilidad
Daniel Andrés Sibaja González - Secretaría de Movilidad

En un escándalo de dimensiones alarmantes, el exdirector general de vialidad del Estado de México, Ramón Sabas Jiménez Fonseca, ha señalado al actual secretario de Movilidad de la entidad, Daniel Andrés Sibaja González, como uno de los principales responsables de una red de corrupción que habría desviado millones de pesos mediante la adjudicación de obras con sobrecostos exorbitantes. La denuncia, presentada en un oficio fechado el 10 de enero de 2025, incluye pruebas contundentes como conversaciones de WhatsApp entre funcionarios de alto rango, entre ellos el propio Sibaja, que parecen confirmar las irregularidades señaladas por Sabas.

El Sobreprecio en Obras y la Complicidad de Funcionarios

Según Sabas, en diciembre de 2024, el asesor externo del secretario de Movilidad, Fernando Salmerón Serna, solicitó la autorización ilegal de un sobrecosto del 219% en tres precios extraordinarios relacionados con una obra de reencarpetamiento en la carretera Temoaya al Centro Ceremonial Otomí. Este incremento, de más de nueve millones de pesos, habría causado un grave perjuicio al erario público del Estado de México. Sibaja, lejos de ser ajeno a la solicitud de sobreprecios, presuntamente autorizó estos actos fraudulentos al señalar que “la gobernadora autorizó” el contrato.

Sabas, quien se negó a firmar dichas estimaciones fraudulentas, ha detallado en su denuncia cómo los funcionarios involucrados, incluido Sibaja, presionaron para que se validaran pagos por obras que no habían sido ejecutadas. Como resultado, varios empleados públicos que detectaron estos sobreprecios fueron destituidos. Este comportamiento refleja la naturaleza de una red de corrupción instalada en las entrañas del gobierno estatal, que opera al margen de la legalidad y en detrimento de los recursos públicos.

La Boda de Lujo de Sibaja y el Descaro de la Corrupción

La figura de Daniel Sibaja ha estado marcada por la controversia desde hace tiempo. A lo largo de 2024, una filtración reveló las ostentosas imágenes de su boda, un evento en el que se habría gastado más de 5 millones de pesos, lo que generó una serie de críticas por su evidente lujo en comparación con la crisis económica que aqueja a muchos ciudadanos del Estado de México. La boda, celebrada en la exclusiva Hacienda San Carlos Borromeo en Xochitepec, Morelos, se convirtió en un símbolo de la desconexión entre los servidores públicos y la realidad del pueblo al que se deben.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, junto con Claudia Sheinbaum, parecieron no hacer mucho al respecto. Aunque Sheinbaum se comprometió a revisar el caso, su falta de acción concreta sobre la extravagante boda de Sibaja deja una sensación de impunidad entre los habitantes del Estado de México.

El Compromiso de la Gobernadora Delfina Gómez: ¿Inexistente?

En medio de este escándalo, lo más preocupante es la actitud de la gobernadora Delfina Gómez, quien no ha tomado medidas claras contra su secretario de Movilidad a pesar de las acusaciones serias de corrupción. A pesar de que el propio Sibaja presentó una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, la falta de respuesta contundente por parte de la gobernadora genera dudas sobre la voluntad real de su administración para erradicar la corrupción en el gobierno estatal.

Sibas, quien ha sido estrechamente vinculado con el actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, parece gozar de una protección política que lo ha blindado ante cualquier tipo de escrutinio serio. Su ascendente carrera política, que lo llevó a ser síndico de Ecatepec y diputado local por el Estado de México, parece haber sido impulsada por sus conexiones y no por un compromiso real con la transparencia y la ética pública.

La Hipocresía de los Actores Políticos

El caso de Sibaja refleja la hipocresía de muchos actores políticos del país. Mientras se jactan de representar un “movimiento de transformación”, hechos como este evidencian la continuación de prácticas corruptas que afectan a la ciudadanía. El derroche de recursos en una boda de lujo y el desvío de dinero público mediante obras fraudulentas son una muestra de la falta de coherencia entre lo que los políticos dicen y lo que realmente hacen.

La gobernadora Delfina Gómez debe actuar con firmeza ante este escándalo. De no hacerlo, quedará expuesta como cómplice de la corrupción que se está gestando dentro de su propio gobierno, un gobierno que había prometido cambios profundos pero que, al parecer, continúa siendo tierra fértil para la impunidad y el abuso de poder.

El caso de Daniel Sibaja y sus presuntas redes de corrupción no solo cuestiona su integridad, sino también la de aquellos que lo han protegido en su ascendente carrera política. El pueblo del Estado de México merece respuestas claras y un compromiso firme de parte de sus autoridades para erradicar la corrupción de una vez por todas. Sin transparencia ni justicia, el futuro político de estos funcionarios parece estar destinado a perpetuar las viejas prácticas que tanto daño han causado a la sociedad mexicana.

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