“Cercanía con el Pueblo”: La Propuesta de Moda entre Candidatos al Poder Judicial

Elecciones en México - Voto
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En tiempos electorales, es común escuchar a los candidatos prometer una mayor “cercanía con el pueblo”. Esta propuesta se ha convertido en una de las promesas más populares entre los aspirantes a cargos de poder judicial, quienes aseguran que, si llegan a ocupar un puesto, trabajarán de manera más directa y accesible con los ciudadanos. Sin embargo, surge una importante pregunta: ¿realmente los candidatos al poder judicial cumplen con este compromiso? Aunque muchos lo incluyen en sus propuestas o slogans de campaña, es necesario analizar si esta promesa se traduce en hechos concretos o si simplemente se convierte en una estrategia de marketing político.

¿Por qué la cercanía con el pueblo es tan popular?

La cercanía con la gente ha sido históricamente una de las promesas más atractivas en las campañas políticas. Esta propuesta apela a la necesidad de los ciudadanos de sentirse escuchados y representados por sus gobernantes o autoridades. En el contexto del poder judicial, la cercanía implica no solo que los jueces y magistrados sean accesibles, sino también que actúen de manera justa, imparcial y en beneficio de los intereses de la comunidad.

Los candidatos que optan por esta propuesta buscan diferenciarse de la burocracia y la desconexión que, en muchas ocasiones, se percibe entre los sistemas judiciales y el pueblo. De este modo, la cercanía se presenta como una solución a los problemas que aquejan a los ciudadanos en sus interacciones con la justicia, como la lentitud de los procesos, la falta de transparencia o el acceso limitado a la información.

¿Qué significa realmente “cercanía con el pueblo”?

Cuando los candidatos a cargos en el poder judicial aseguran que van a ser más cercanos a la gente, es importante entender qué implicaría realmente esta promesa. La cercanía no solo tiene que ver con la voluntad de ser accesible o estar presente en eventos públicos; también implica un compromiso con la mejora del sistema judicial en beneficio de todos los sectores de la sociedad. A continuación, se destacan algunos aspectos clave que podrían caracterizar la verdadera cercanía:

  1. Accesibilidad: Que los ciudadanos tengan la posibilidad de interactuar con los jueces y magistrados de manera directa. Esto podría implicar la creación de canales de comunicación más abiertos, como foros, audiencias públicas o plataformas digitales donde los ciudadanos puedan expresar sus inquietudes.

  2. Transparencia: Que los procesos judiciales sean claros y comprensibles para los ciudadanos. El compromiso con la cercanía debe incluir la difusión de información sobre cómo se toman las decisiones judiciales y la posibilidad de que las personas entiendan cómo se administran la justicia y los recursos.

  3. Escucha activa: Implica no solo hablar sobre la cercanía, sino también escuchar realmente las necesidades y preocupaciones de la comunidad. Los candidatos deben estar dispuestos a comprender los problemas de acceso a la justicia, como la discriminación, los procesos largos y costosos, o la falta de formación legal en sectores marginados.

  4. Compromiso con la justicia social: Una verdadera cercanía con el pueblo también involucra un enfoque en la equidad. Esto podría significar la implementación de políticas que garanticen que todos los ciudadanos, independientemente de su estatus social, tengan acceso a una justicia rápida, efectiva y justa.

¿Cuántos candidatos realmente cumplen con esta promesa?

A pesar de lo atractivo que suena el compromiso de “cercanía con el pueblo”, la realidad es que muchos de los candidatos a cargos en el poder judicial no han demostrado una verdadera conexión con la gente. De hecho, una gran parte de estos aspirantes se jactan de ser cercanos, pero en la práctica, no están llevando a cabo una campaña que refleje esta cercanía.

Es común que muchos de estos candidatos se concentren en las grandes ciudades y en eventos políticos formales, donde tienen la posibilidad de mostrar su rostro y lanzar sus discursos. Sin embargo, es en las comunidades más alejadas, en los sectores más vulnerables de la población, donde la cercanía podría tener un mayor impacto. Aquí es donde muchos de los candidatos, que dicen ser cercanos, no parecen hacer esfuerzos reales por interactuar con la ciudadanía.

Incluso, muchos de los que se presentan como los más “cercanos” durante sus campañas no están realizando actividades que los acerquen verdaderamente al pueblo. No se trata solo de asistir a eventos o dar discursos; la verdadera cercanía implica estar en el terreno, resolver dudas, escuchar quejas y proponer soluciones concretas. Si un candidato no está dispuesto a recorrer las calles, a conocer de primera mano las problemáticas que enfrentan los ciudadanos en su relación con la justicia, ¿cómo puede garantizar que realmente impulsará la cercanía?

El desafío para los electos

Para aquellos que resulten electos, la promesa de cercanía con el pueblo no debe ser un eslogan vacío. Implica un compromiso continuo con la mejora del sistema judicial y la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos. La verdadera cercanía con la gente solo será posible si los futuros magistrados y jueces logran cambiar la percepción de que el sistema judicial es inaccesible, burocrático o elitista.

Los electos tendrán que ir más allá de las promesas de campaña y trabajar en la creación de políticas que promuevan la accesibilidad, la transparencia y la justicia social. Solo así podrán cumplir con la promesa de “cercanía con el pueblo” y garantizar que la justicia sea un servicio verdaderamente al alcance de todos.


La promesa de “cercanía con el pueblo” se ha convertido en una de las propuestas de moda entre los candidatos al poder judicial. Sin embargo, la verdadera pregunta es si los futuros magistrados y jueces estarán dispuestos a cumplir con este compromiso, o si, como ocurre con muchas otras promesas electorales, se quedarán en el plano de lo superficial. La cercanía debe ir más allá de los slogans y convertirse en una práctica diaria, en la que se involucre realmente a la ciudadanía en el proceso judicial, se promueva la transparencia y se garantice el acceso a la justicia para todos.

Es importante que los votantes sigan de cerca la evolución de estos compromisos, para asegurarse de que los candidatos realmente se preocupen por una justicia más cercana, accesible y justa. Solo entonces podremos evaluar si las promesas electorales se traducen en una verdadera transformación del poder judicial en beneficio de la sociedad.

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