El 11 de septiembre de 2001 quedó grabado como uno de los episodios más dolorosos en la memoria colectiva. Ese día, 19 terroristas vinculados a al-Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales en territorio estadounidense. Dos de ellos fueron impactados contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, provocando el colapso de los edificios y una devastación sin precedentes.
Un tercer avión fue estrellado contra el Pentágono, en Washington D.C., mientras que el vuelo 93 de United Airlines terminó en un campo en Pensilvania, luego de que los pasajeros se rebelaran contra los secuestradores.
El saldo fue trágico: cerca de 3,000 personas perdieron la vida, entre ellas 2,753 en Nueva York, 184 en el Pentágono y 40 en Pensilvania. Todos los terroristas también murieron. El mundo entero observó en directo cómo la potencia más influyente del planeta quedaba golpeada por un ataque terrorista sin precedentes.
Consecuencias inmediatas y de largo plazo
El 11-S fue el ataque terrorista más mortífero en suelo estadounidense, y sus repercusiones transformaron profundamente la política global.
Tras los atentados, el gobierno de EE.UU. impulsó una reestructuración de su seguridad nacional. Se crearon nuevas agencias, como el Department of Homeland Security, y se implementaron leyes más estrictas en seguridad aérea, control migratorio, vigilancia y protocolos de emergencia.
Pero las secuelas no fueron solo políticas. Miles de socorristas, bomberos, policías y residentes cercanos sufrieron la exposición a polvo tóxico y humos, desarrollando enfermedades respiratorias y distintos tipos de cáncer con el paso de los años. Hasta hoy, los efectos en la salud pública continúan siendo un desafío para sobrevivientes y familiares.
Nuevas evidencias sobre vínculos internacionales
En 2025 salieron a la luz documentos y un video relacionados con Omar al-Bayoumi, ciudadano saudí con presuntos lazos con los atacantes. En las imágenes, grabadas en 1999, aparece filmando el Capitolio estadounidense y haciendo comentarios que han sido interpretados como inquietantes. También se encontró un boceto matemático que podría aludir a trayectorias aéreas. Estas pruebas, que llegaron al FBI poco después de los atentados, no habrían sido compartidas con agentes de campo, lo que ha generado controversia y críticas hacia las agencias de inteligencia.
Aunque han pasado 24 años, la labor de identificación de víctimas continúa. En agosto de 2025 se confirmó la identidad de tres personas más, elevando a 1,653 el número de identificados entre los fallecidos en las Torres Gemelas. Sin embargo, aún quedan alrededor de 1,100 víctimas sin identificar, lo que prolonga el duelo de muchas familias.
El impacto en la salud de quienes estuvieron expuestos en la Zona Cero sigue creciendo. Se han registrado casi 48,600 casos de cáncer vinculados directamente al 11-S, un aumento de más del 140 % en los últimos cinco años. Organizaciones de afectados han alertado que el financiamiento del World Trade Center Health Program es insuficiente, y temen que pronto no pueda aceptar nuevos registros.
Justicia pendiente
El proceso judicial contra Khalid Sheikh Mohammed y otros acusados enfrenta retrasos y bloqueos. Una negociación para evitar la pena de muerte a cambio de confesiones fue anulada por la administración actual, manteniendo el caso en un limbo que frustra a las familias de las víctimas. Paralelamente, el Congreso estadounidense ha iniciado una revisión del informe de la Comisión del 11-S de 2004, con el objetivo de evaluar lo que se ha cumplido y reforzar la preparación frente a amenazas emergentes.
Conmemoraciones y memoria colectiva
El 11 de septiembre de 2025 se conmemoró el 24.º aniversario con actos solemnes en Ground Zero, el Pentágono y otros lugares significativos. Se guardaron minutos de silencio y se leyeron los nombres de las víctimas, recordando que detrás de cada cifra hay historias personales.
Sin embargo, crece la preocupación de que el lema “Nunca olvidar” se debilite entre las nuevas generaciones, que no vivieron los atentados y los perciben como un hecho lejano en la historia. Expertos subrayan la importancia de mantener viva la memoria y las lecciones aprendidas.
Reflexión final
El 11 de septiembre no solo fue un ataque contra Estados Unidos, sino contra los valores de libertad y convivencia pacífica. A casi un cuarto de siglo, el recuerdo sigue siendo un llamado a la solidaridad, la resiliencia y el compromiso de evitar que tragedias semejantes vuelvan a repetirse.
En Notidex rendimos homenaje a las víctimas, a los héroes que arriesgaron sus vidas y a las familias que aún cargan con el peso de la ausencia. Nunca olvidar es más que una consigna: es una responsabilidad colectiva.