Crisis ambiental en el Edomex: 40% de cuerpos de agua están contaminados

Río Lerma
Río Lerma

La calidad del agua en el Estado de México atraviesa una crisis alarmante. Un diagnóstico reciente de la Secretaría del Agua reveló que cuatro de cada diez cuerpos hídricos, entre ríos, lagunas y presas, presentan niveles preocupantes de contaminación. Esta situación representa una amenaza directa a la salud de miles de familias mexiquenses.

De acuerdo con el semáforo ambiental de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el 80% de los ríos y presas del estado están clasificados en rojo, lo que indica una presencia excesiva de metales pesados y residuos orgánicos. Este escenario compromete el uso doméstico, agrícola e industrial del agua, y eleva el riesgo de enfermedades relacionadas con la exposición a contaminantes.

Investigaciones realizadas por el Tecnológico de Toluca detectaron altos niveles de microplásticos en importantes cuerpos de agua como la presa de Valle de Bravo, el río Lerma y el río Chalma. Estos contaminantes, derivados principalmente de productos plásticos de un solo uso, afectan gravemente a la fauna acuática y podrían ingresar a la cadena alimenticia humana.

La temporada de lluvias de Toluca ha sacado a relucir otra cara del problema: la acumulación de residuos sólidos en arroyos y canales, que se transforman en verdaderos basureros a cielo abierto. Botellas de plástico, envases de unicel, prendas de ropa y hasta restos de tintes industriales obstruyen el flujo del agua y aceleran la eutrofización, es decir, el deterioro del ecosistema por exceso de nutrientes y falta de oxígeno.

El deterioro de los cuerpos de agua no solo pone en riesgo la biodiversidad acuática, sino que también amenaza el acceso a agua potable de calidad. Las comunidades cercanas a estos cuerpos hídricos están expuestas a enfermedades gastrointestinales, afecciones en la piel y problemas respiratorios, entre otros padecimientos.

Hasta el momento, las acciones gubernamentales han resultado insuficientes para contener la contaminación. Diversas organizaciones ambientales han pedido reforzar la vigilancia y sancionar a las industrias y municipios que vierten residuos sin tratamiento. También se solicita mayor inversión en infraestructura para plantas de tratamiento y campañas de concientización ciudadana sobre el manejo adecuado de residuos.

En conclusión, la contaminación del agua en el Estado de México ya no es un problema futuro, sino una emergencia actual. Urge una acción coordinada entre autoridades, sociedad civil y sector privado para restaurar la salud de los cuerpos de agua y garantizar el derecho al agua limpia para las generaciones presentes y futuras.

¡Únete a nuestro grupo de WhatsApp y recibe GRATIS las noticias más importantes directo en tu celular!