El reciente desbordamiento del río San Isidro, provocado por las intensas lluvias, ha dejado severas afectaciones en varias comunidades del municipio. Entre las principales necesidades de los habitantes se encuentran agua potable, alimentos, artículos de limpieza, enseres domésticos y apoyo con material de construcción.
Tras un recorrido por la zona, vecinos reportaron que maquinaria pesada trabajó para despejar calles y retirar escombros. Sin embargo, aseguraron que la ayuda institucional ha sido mínima y que muchas familias siguen sin recibir apoyo directo.
Uno de los testimonios es el de María Luisa, quien no ha recibido asistencia gubernamental para limpiar su vivienda ni despensas. Explicó que el único respaldo provino de particulares, específicamente del Rancho Villa Verde, quienes le entregaron cloro, jabón y otros insumos para retirar el lodo acumulado en su casa.
“Pedimos pipas de agua para limpiar, pero hasta ahora no han llegado. Solo enviaron agua a la parte baja y aquí en la zona alta seguimos esperando”, relató.
Otros habitantes, como Jorge Luis, reportaron daños en bardas, colchones, estufas y refrigeradores. El afectado pidió que se le proporcione material de construcción para reparar las estructuras colapsadas y evitar accidentes.
“Hace tres años el río también se desbordó, pero esta vez fue el triple. Reventó todo”, afirmó, solicitando la intervención del presidente municipal, Roberto Bautista, para retirar una barda que está a punto de caer y que solo cuenta con cinta de precaución.
La carretera que conecta con la comunidad de San Francisco Putla permanece anegada, provocando que al menos dos vehículos quedaran varados en la tarde del incidente. Los vecinos temen que, de no atenderse, la vía pueda deslavarse debido a la fuerza del caudal.
También pidieron la limpieza y desazolve del río Santiaguito, que se encuentra lleno de piedras y arena, lo que aumenta el riesgo de futuras inundaciones.
Los pobladores exigen que se agilice la entrega de ayuda, especialmente de pipas de agua, alimentos, artículos de limpieza y materiales para reconstrucción. La magnitud de la emergencia, sumada a la falta de recursos, mantiene a decenas de familias en una situación crítica.
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