Estudiantes de la UAEMéx están cansados del Enjambre Estudiantil Unificado

Enjambre Estudiantil Unificado - UAEMéx
Enjambre Estudiantil Unificado - UAEMéx

El Enjambre Estudiantil Unificado nació con la promesa de representar a la comunidad universitaria de la UAEMéx, de ser la voz de los estudiantes frente a las injusticias y de encabezar una lucha legítima. Sin embargo, lo que comenzó como un movimiento esperanzador, se ha degradado hasta convertirse en un espectáculo vacío que ha perdido toda seriedad y credibilidad.

De movimiento legítimo a circo estudiantil

Al inicio, el Enjambre generó respaldo porque se plantaba contra la corrupción y exigía mejoras reales para la vida universitaria. Hoy, en cambio, es visto como un grupo que actúa más por capricho que por convicción. Sus paros y protestas carecen de dirección, sus demandas son vagas o ridículas, y sus métodos terminan afectando más a los propios estudiantes que a las autoridades a las que dicen confrontar.

Lo que antes fue un frente de resistencia, ahora se percibe como un circo. En redes sociales abundan las críticas: acusaciones de “hacer argüende sin sentido”, burlas por las “peticiones tontas” y denuncias de que se han convertido en un obstáculo para quienes quieren estudiar.

Hartazgo estudiantil

La comunidad universitaria está harta. Los alumnos, lejos de sentirse representados, ven en el Enjambre un problema más: un grupo que roba tiempo, desgasta la convivencia académica y bloquea el derecho a la educación de la mayoría. Cada paro convocado sin justificación clara genera más rechazo, cada protesta improvisada alimenta la idea de que el movimiento dejó de tener rumbo.

“Ya no luchan por nosotros, solo hacen ruido”, señalan estudiantes que han perdido toda confianza en el Enjambre.

La banalización de la protesta

Uno de los mayores daños que ha causado el Enjambre es la banalización de la lucha estudiantil. Al convertir la protesta en un espectáculo, han desgastado la legitimidad de las causas reales. Sus exigencias cambiantes, su obsesión por la confrontación y sus peticiones absurdas han hecho que muchos ya no tomen en serio ni sus discursos ni sus acciones.

Hoy, más que un movimiento universitario, el Enjambre parece un grupo que busca reflectores, protagonismo y control político disfrazado de activismo.


El Enjambre Estudiantil Unificado desperdició la oportunidad de convertirse en un verdadero motor de transformación. Dejó de ser la voz de los estudiantes para transformarse en un espectáculo cansino que divide, paraliza y desprestigia la lucha universitaria.

La comunidad de la UAEMéx ya no les cree, ya no los respalda y ya no los tolera. El mensaje es claro: el Enjambre no representa a los estudiantes, representa su propio ruido.

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