En un esfuerzo por mitigar el impacto ambiental y cumplir con los compromisos internacionales en materia de cambio climático, México ha implementado impuestos ecológicos en diez estados. Este 2025, la Ciudad de México, San Luis Potosí y Colima se unieron a la lista, reforzando las políticas que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Zacatecas: El Precursor de los Impuestos Verdes
Zacatecas marcó un precedente en 2017 al convertirse en el primer estado en gravar a las industrias por sus emisiones contaminantes. La Suprema Corte de Justicia de la Nación validó el impuesto dos años después, alentando a otras entidades a seguir su ejemplo. Sin embargo, la recaudación de este impuesto ha enfrentado obstáculos, principalmente debido a litigios y amparos presentados por empresas, en su mayoría mineras.
Ricardo Olivares, secretario de Finanzas de Zacatecas, explicó que muchas empresas evitan pagar el impuesto para no ser vistas como contaminantes, lo cual podría afectar su imagen ante los inversionistas.
San Luis Potosí y su Impuesto al Carbono
El impuesto ambiental de San Luis Potosí entrará en vigor el 1 de enero de 2025 tras varios aplazamientos. Inicialmente planeado con un costo de 3 UMA por tonelada de carbono emitida, fue ajustado a 1 UMA para facilitar su adopción por parte de las empresas. Este gravamen busca reducir las emisiones de gases como CO2 y CH4, incentivando prácticas más sostenibles.
Ciudad de México: Financiamiento para Tecnologías Limpias
La Ciudad de México estableció una cuota de 58 pesos por tonelada de emisiones registradas. Los recursos generados se destinarán a proyectos estratégicos de mitigación y adaptación climática, fomentando el uso de tecnologías limpias y la reducción de la dependencia en fuentes de energía contaminantes.
Colima: Un Enfoque Técnico y Selectivo
Colima aplica su impuesto exclusivamente a personas físicas y morales que emitan GEI y cumplan con los requisitos de licencias ambientales y cédulas de operación anual. Este modelo no afecta a ciudadanos ni pequeños comercios, buscando minimizar el impacto económico en la población general.
Incentivos en el Estado de México y Tamaulipas
El Estado de México implementó un subsidio del 30% en el impuesto por emisiones a empresas que adopten tecnologías limpias, como vehículos híbridos o eléctricos. En Tamaulipas, el impuesto verde, aunque polémico, busca reducir la contaminación y financiar iniciativas como la reforestación y conservación de manglares.
México y su Compromiso Climático para 2030
México se ha comprometido a reducir un 35% de sus emisiones de GEI para 2030 como parte de sus objetivos internacionales de descarbonización. José Luis Samaniego, director del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, destacó la importancia de compensaciones ambientales como la restauración de ecosistemas y el pago por servicios ambientales.
El esquema propuesto canaliza recursos de las industrias hacia proyectos de conservación, reforestación y manejo sostenible de ecosistemas. Alicia Bárcena Ibarra, titular de SEMARNAT, subrayó el potencial de este modelo para generar beneficios económicos directos a las comunidades que protegen recursos naturales como manglares, selvas y humedales.
En conclusión, los impuestos ecológicos en México representan un paso crucial hacia un modelo de desarrollo sostenible. Sin embargo, enfrentan retos significativos, como la resistencia del sector empresarial y la necesidad de estrategias efectivas de implementación. Con una combinación de gravámenes, incentivos y compensaciones, México avanza hacia el cumplimiento de sus metas climáticas y la construcción de un futuro más verde.