Ozzy Osbourne, leyenda indiscutible del heavy metal y voz fundacional de Black Sabbath, falleció este martes a los 76 años. La familia confirmó su deceso destacando que ocurrió de forma pacífica y rodeado de sus seres queridos. La noticia conmueve al mundo de la música apenas tres semanas después de que el artista protagonizara un histórico concierto de despedida en Birmingham, su ciudad natal.
Considerado el “Príncipe de las Tinieblas”, Osbourne fue mucho más que un cantante. Desde 1968, cuando cofundó Black Sabbath, cambió el curso de la historia del rock con una propuesta sonora sombría y visceral que sentó las bases del heavy metal. Álbumes como Paranoid y Master of Reality lo colocaron como una figura esencial de una era y una estética que aún hoy definen a millones de seguidores en todo el planeta. Su influencia no se limitó a lo musical: fue un personaje icónico, provocador y enigmático que logró mantenerse vigente durante más de cinco décadas.
El 5 de julio, apenas unas semanas antes de su muerte, Ozzy protagonizó el evento “Back to the Beginning”, un concierto sin precedentes que reunió a 40 000 personas en el estadio Villa Park. Acompañado por la formación original de Black Sabbath, Osbourne ofreció un espectáculo emotivo desde un trono con forma de murciélago, debido a sus limitaciones físicas. A pesar de no poder caminar, su entrega vocal emocionó a una audiencia que también siguió el show por transmisión global. El evento fue calificado como el mayor concierto de heavy metal de todos los tiempos, no solo por su contenido simbólico, sino también por el impacto social: recaudó más de 140 millones de libras esterlinas para organizaciones benéficas, incluidas fundaciones contra el Parkinson y hospitales pediátricos.
La vida de Ozzy Osbourne estuvo marcada por una salud frágil en sus últimos años. Desde 2020 luchaba contra el Parkinson tipo 2, diagnosticado tras años de complicaciones derivadas de un accidente en cuatriciclo ocurrido en 2003. Las secuelas se agravaron tras una caída en 2019, lo que afectó seriamente su movilidad. Sin embargo, nunca abandonó la escena artística. Incluso en sus momentos más difíciles, encontró formas de seguir conectado con su público.
Además de su carrera musical, Osbourne alcanzó una notoriedad masiva con el reality The Osbournes, que retrató el día a día de su peculiar familia y marcó un antes y un después en la televisión de principios de los 2000. Fue también creador del festival Ozzfest, plataforma fundamental para bandas emergentes del metal durante más de dos décadas. Su legado quedó oficialmente reconocido con su ingreso en el Salón de la Fama del Rock and Roll, tanto con Black Sabbath en 2006 como en solitario en 2024.
Con más de 100 millones de discos vendidos entre su carrera en grupo y como solista, Ozzy deja una huella imborrable en la música. Desde su debut solista con Blizzard of Ozz en 1980 hasta Patient Number 9 en 2022, se mantuvo fiel a un estilo que desafió convenciones y rompió moldes. Fue inspiración para generaciones enteras de músicos y fanáticos, tanto por su arte como por su actitud rebelde e inquebrantable.
Hoy, el mundo despide a un mito. A un artista que convirtió su oscuridad en arte, y cuya voz seguirá resonando en los altavoces de quienes entienden que el rock no muere. Ozzy Osbourne no solo fue un nombre, fue un símbolo. Y su legado vivirá por siempre.
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