Perfume de Violetas: Una obra atemporal de una realidad mexicana que no cambia

Perfume de Violetas - Una obra atemporal de una realidad mexicana que no cambia
Perfume de Violetas - Una obra atemporal de una realidad mexicana que no cambia

Cuando “Perfume de Violetas” se estrenó en el 2001 bajo la dirección de Maryse Sistach, su retrato de la violencia de género, la negligencia y la desigualdad social impactó profundamente. Sin embargo, lo más alarmante no es su crudeza narrativa, sino el hecho de que, casi 25 años después, sigue siendo un reflejo fiel de la realidad mexicana. La película, lejos de envejecer como una denuncia del pasado, se ha vuelto atemporal por las razones más trágicas: las problemáticas que retrata no solo persisten, sino que continúan afectando a las nuevas generaciones.

Una Trama que se Niega a Quedar en el Pasado

“Perfume de Violetas” sigue la historia de Yessica y Miriam, dos adolescentes que intentan sobrevivir en un entorno hostil donde la violencia y la falta de oportunidades son el pan de cada día. La amistad entre ellas es lo único que parece ofrecer algo de refugio, pero incluso eso es insuficiente cuando el sistema y la sociedad están diseñados para fallarles.

  • Yessica: Víctima de abuso sexual y maltrato, es el reflejo de miles de niñas y adolescentes que viven experiencias similares en un país donde la impunidad sigue siendo la norma.
  • Miriam: Aunque con mejores condiciones de vida, representa la indiferencia y la falta de herramientas para ayudar a quienes sufren violencia.

A pesar del paso de los años, las problemáticas expuestas en la película no han cambiado. México sigue registrando alarmantes cifras de violencia de género, y la falta de protección para las víctimas sigue siendo una de las principales fallas del sistema.

Un Lenguaje Cinematográfico que Resuena en la Actualidad

La dirección de Sistach y la cinematografía de la película hacen que la historia no solo sea impactante, sino dolorosamente real. Con escenarios opresivos, calles deterioradas y una iluminación fría, la película no embellece su relato; al contrario, lo sumerge en la realidad que millones viven día a día. A través de una cámara en mano, se logra una cercanía incómoda con los personajes, casi como si el espectador estuviera atrapado en su misma desesperanza.

Esta estética sigue siendo relevante porque no se trata de una historia del pasado. Hoy, niñas y adolescentes siguen viviendo lo mismo que Yessica y Miriam, atrapadas en un círculo de violencia del que pocas logran escapar.

La Atemporalidad de la Violencia

La permanencia de “Perfume de Violetas” como un reflejo vigente de la sociedad mexicana es un fracaso colectivo. A 25 años de su estreno, seguimos enfrentando los mismos problemas:

  • Violencia de género y abuso sexual: A pesar de las campañas y movimientos sociales, los feminicidios y agresiones contra mujeres han aumentado.
  • Negligencia e indiferencia: La falta de respuesta por parte de las autoridades y de la sociedad en general sigue dejando a las víctimas sin apoyo.
  • Sistema educativo deficiente: Muchas escuelas aún no son espacios seguros, y la violencia dentro de ellas sigue sin erradicarse.

Que una película de hace más de dos décadas siga vigente por las peores razones no es un logro cinematográfico, sino una evidencia del estancamiento social y político de un país que sigue sin garantizar seguridad y justicia a sus mujeres.

“Perfume de Violetas” no solo es un testimonio cinematográfico, sino un grito de auxilio que aún no ha sido escuchado. Su atemporalidad es una tragedia, una señal de que, como sociedad, seguimos en deuda con quienes viven la violencia día a día. No basta con reconocer la importancia de la película; es urgente cambiar la realidad que la mantiene vigente.

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