San Mateo Atenco, Estado de México, se convirtió en el epicentro de una serie de decisiones cuestionables y tensiones internas que llevaron a Morena a una contundente derrota en las elecciones municipales de 2024. El proceso electoral que vivió Morena en esta localidad estuvo marcado por divisiones, imposiciones y una campaña que, desde el principio, estuvo destinada al fracaso. A continuación, se presenta un análisis de los factores que contribuyeron a esta situación y cómo las malas decisiones llevaron al partido a perder la alcaldía frente a la reelección de Ana Muñiz Neyra.
La Elección de Jorge Bobadilla: Una Candidatura Impuesta y Rechazada
Morena inició su proceso interno con más de 30 aspirantes interesados en convertirse en el candidato para la presidencia municipal de San Mateo Atenco. En un principio, los aspirantes expresaron unidad y se comprometieron a apoyar a quien resultara elegido como candidato oficial. Sin embargo, esta aparente cohesión se desmoronó cuando se anunció que Jorge Bobadilla sería el abanderado del partido. La designación de Bobadilla no solo sorprendió, sino que desató una oleada de rechazo entre la militancia.
La gran mayoría de los militantes y simpatizantes de Morena en San Mateo Atenco no tardaron en darle la espalda a Bobadilla, a quien consideraban como la peor opción para representar al partido. ¿La razón? Su candidatura fue vista como una imposición por parte de las autoridades, sin considerar la trayectoria o el apoyo dentro del partido. Bobadilla había sido previamente militante de otros partidos, como Fuerza por México y Movimiento Ciudadano, el último de los cuales jugó un papel importante en la derrota de Morena en las elecciones de 2021. Este pasado reciente fue un motivo clave para que los líderes y militantes nunca estuvieran de acuerdo con su designación, considerando su cambio de lealtad como una movida oportunista.
Líderes Rechazados y una Morena Dividida
Líderes importantes y reconocidos de Morena en la región, como Wendy Alcantara, Azhalia González, Arnulfo González y Alejandro Guerrero, alzaron la voz para denunciar la imposición de Bobadilla. A pesar de sus esfuerzos, no lograron revertir la decisión, lo que provocó una profunda división dentro de Morena San Mateo Atenco. Algunos miembros decidieron no apoyar la candidatura y se mantuvieron al margen del proceso electoral, mientras que otros, como Azhalia González, optaron por buscar la candidatura por otros partidos, como fue el caso del PT.
La ruptura interna debilitó a Morena desde el inicio de la campaña y dejó claro que el liderazgo del partido estaba más preocupado por mantener alianzas personales que por elegir al candidato adecuado para ganar la elección.
La “Delfimoda” y la Imposición de Bobadilla
Uno de los elementos más polémicos detrás de la candidatura de Jorge Bobadilla fue la influencia que tuvo sobre la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez. Se dice que Bobadilla se ganó su simpatía al regalarle unos tenis personalizados como parte de la llamada “Delfimoda,” un gesto que, al parecer, tuvo más peso que su trayectoria política. Esta anécdota, que debería haberse quedado como una mera curiosidad, terminó siendo el factor decisivo para que Bobadilla obtuviera la candidatura, a pesar de no contar con un historial sólido de aportes al partido ni con el respaldo de la militancia.
Una Campaña Desorganizada y Sin Dirección
Desde el principio, la campaña de Jorge Bobadilla se vio marcada por la falta de propuestas claras y una estrategia débil que nunca logró generar empatía con la base de Morena en San Mateo Atenco. Francisco Mejía, otro aspirante que terminó apoyando a Bobadilla, asumió la coordinación de la campaña como recompensa por su respaldo, pero esta decisión resultó ser un error estratégico. A pesar de su experiencia en la política, Mejía nunca había liderado una campaña de esta magnitud, y su falta de visión terminó afectando aún más la credibilidad de Bobadilla como candidato.
Las promesas vacías y la incapacidad de la campaña para reconciliarse con los líderes de Morena en la región hicieron que la candidatura de Bobadilla se percibiera como débil e improvisada. Además, la división dentro del partido impidió que la maquinaria electoral de Morena funcionara con la fuerza necesaria para ganar.
“Vota Todo Morena”: La Campaña Nacional que No Salvó a Bobadilla
A nivel nacional, la estrategia “Vota Todo Morena” fue efectiva para movilizar a las bases del partido y asegurar victorias importantes en muchas localidades. Sin embargo, en San Mateo Atenco, la campaña de Bobadilla no logró capitalizar este impulso. Aunque el llamado a votar por Morena permitió que Bobadilla obtuviera una considerable cantidad de votos, quedó claro que el apoyo no era para él como candidato, sino para el partido. Finalmente, estos votos no fueron suficientes, y Ana Muñiz Neyra logró la reelección en una campaña mucho mejor trabajada y gracias al apoyo de la gente que confió en ella tras 3 años de resultados.
Un Berrinche Post-Electoral: Las Alegaciones de Fraude de Bobadilla
La derrota de Jorge Bobadilla no solo dejó a Morena sin la alcaldía, sino que expuso aún más las debilidades del candidato. Durante meses, Bobadilla se negó a aceptar los resultados y comenzó a difundir teorías de fraude, insistiendo en que él era el verdadero ganador. Esta actitud, lejos de ayudar al partido, lo debilitó aún más, y el 22 de octubre, el Tribunal Electoral del Estado de México descalificó por completo sus alegaciones, otorgando la victoria definitiva a Ana Muñiz Neyra.
Un Ejemplo de lo que No Debe Hacer Morena
La historia de Morena en San Mateo Atenco es un claro ejemplo de cómo las malas decisiones internas pueden llevar a la derrota. Desde la imposición de un candidato sin respaldo hasta la falta de unidad y una campaña desorganizada, el caso de Jorge Bobadilla debe servir como lección para el partido. Morena necesita reflexionar profundamente sobre sus procesos de selección y la importancia de escuchar a su base antes de tomar decisiones cruciales. De lo contrario, el costo político puede ser más alto de lo que están dispuestos a pagar.
La derrota de Bobadilla no solo fue una pérdida para él, sino una advertencia para Morena: la lealtad no se compra con regalos, y las imposiciones solo dividen.