La tradición de los tamales en las celebraciones guadalupanas en Toluca

Tamales
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Cada 12 de diciembre, México se llena de devoción y celebración en honor a la Virgen de Guadalupe, y los tamales se convierten en un protagonista indispensable de la fiesta. Este año no será diferente para Doña Juana, quien lleva más de 30 años preparando tamales con amor y dedicación para esta ocasión especial.

Desde este lunes, Doña Juana comenzó los preparativos para los tamales que entregará el día 12 de diciembre. Con una experiencia que la respalda, la cocinera sabe que el secreto de un buen tamal está en su frescura. Por ello, mañana solo avanzará en la preparación de la masa, asegurando que los tamales se cocinen apenas unas horas antes de su entrega, para que lleguen calientitos y recién hechos.

“Dependiendo a qué hora me pidan los tamales, los pongo a cocinar en la madrugada o el mismo 12 de diciembre, pero tempranito,” compartió Doña Juana.

La historia de Doña Juana y sus tamales comenzó hace más de tres décadas, cuando buscó una forma de aumentar los ingresos familiares. Desde entonces, su sazón ha conquistado paladares, convirtiéndose en una tradición para muchas familias e incluso empresas. En una ocasión, días antes del 12 de diciembre, le encargaron más de 500 tamales, un desafío que logró superar con la ayuda de su familia y vecinas.

“Esa vez fue mucho trabajo, pero valió la pena. Creo que era para una empresa que quería darles tamales a sus trabajadores,” recordó con una sonrisa.

Aunque la tradición sigue viva, Doña Juana comentó que los pedidos han disminuido desde la pandemia. Muchos de sus clientes habituales no han retomado las celebraciones como antes, probablemente debido a cambios en sus rutinas laborales o por haber dejado de celebrar de la misma manera.

“Luego de lo del Covid, algunas personas que siempre me llamaban ya no supe de ellas. Creo que algunos siguen trabajando desde casa o ya no lo celebran.”

Para este año, Doña Juana estima hacer alrededor de 400 tamales, un esfuerzo que le tomará tres días de arduo trabajo entre la preparación, elaboración y cocimiento. Sin embargo, ella no escatima en calidad ni en amor por su oficio. Cada tamal es único y especial, hecho con el cuidado y sazón que solo una cocinera apasionada puede ofrecer.

“Yo no vendería algo si mi familia no me dice que está bueno,” aseguró.

Lo que distingue a los tamales de Doña Juana es el empeño que pone en cada uno. Desde la elección de los ingredientes hasta el toque final, su sazón y dedicación son garantía de calidad. Para ella, cada tamal representa una oportunidad de compartir su tradición y su amor por la cocina.

En conclusión, la historia de Doña Juana no solo refleja el esfuerzo de miles de cocineras que mantienen vivas las tradiciones mexicanas, sino también el espíritu comunitario que caracteriza a las celebraciones guadalupanas. Este 12 de diciembre, sus tamales serán más que un platillo: serán un símbolo de devoción, esfuerzo y sabor.

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