Vecinos del fraccionamiento Hacienda La Galia, en la comunidad de San Pedro Totoltepec, han alzado la voz tras una década de alertas ignoradas por el hundimiento progresivo de la calle San Felipe, una vialidad crucial que se encuentra a tan solo unos metros del Boulevard Aeropuerto.
El problema, que lleva más de 10 años sin solución, se ha agravado visiblemente. Los residentes afirman que la mitad de la calle se encuentra hundida, afectando incluso viviendas dentro de privadas residenciales.
“Esto lo hemos reportado al municipio desde hace más de una década, pero simplemente no atienden”, denunció Roberto Núñez, habitante de la zona.
La calle San Felipe no solo es una vía de acceso para los colonos; es también paso constante de camiones de transporte público y de carga, lo que ha incrementado la preocupación de los vecinos, especialmente con la temporada de lluvias en puerta. Temen un colapso mayor, tanto del pavimento como de la infraestructura subterránea.
A simple vista, el panorama es alarmante. Durante un recorrido realizado se observó cómo la calle se divide en dos niveles, claramente diferenciados entre la parte alta y la baja, esta última siendo la más afectada por el hundimiento. A esto se suma la presencia de aguas negras, cuya tubería podría estar comprometida.
Contrario a lo que podría pensarse, vecinos como Núñez aseguran que no se trata de una falla geológica, sino de un problema provocado por la extracción intensiva de agua en la zona. En San Pedro Totoltepec operan grandes empresas como Tía Rosa y Coca Cola FEMSA, esta última con un convenio vigente con el ayuntamiento de Toluca, lo que podría estar vinculado con la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
“Esto se va a agravar más porque no sabemos cómo está el sistema hidráulico. Ya se han registrado al menos dos incidentes previos por hundimientos”, alertó el colono.
En conclusión, los habitantes de San Pedro Totoltepec hacen un llamado urgente a las autoridades municipales y estatales, exigiendo una revisión técnica y obras de mitigación. Recuerdan que la zona fue originalmente tierra de cultivo, lo que podría explicar la falta de resistencia del suelo ante el peso de las viviendas y la infraestructura urbana.