En un giro inesperado de los acontecimientos políticos, la presidenta municipal con licencia de Capulhuac, Selenne Hernández, quien ganó el cargo bajo la coalición de Morena, PT y Verde, se ha visto envuelta en un escándalo que ha dejado sorprendidos a muchos. Resulta que, según una revisión a la plataforma de afiliación partidaria del Instituto Nacional Electoral (INE), la alcaldesa no solo tiene un pasado político vinculado a otro partido, sino que además está registrada como militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde 2020.
Este descubrimiento ha desatado una ola de ironías y contradicciones que apuntan directamente a las filas del PRI, que recientemente condenó con vehemencia las actitudes de Hernández tras las denuncias públicas y penales que la acusan de haber golpeado a una psicóloga del DIF municipal. Lo más curioso de la situación es que, a pesar de las fuertes declaraciones de la dirigente del PRI en el Estado de México, Cristina Ruíz Sandoval, quien pidió que se le aplicara todo el peso de la ley, la misma dirigente parece haber ignorado que la alcaldesa tiene una afiliación activa al PRI.
La sorpresa es doble: por un lado, el partido que se mostró tan crítico hacia las acciones de Selenne Hernández no sabía que ella era parte de sus filas, lo que plantea la duda de si esto responde a un error de registros o si, de hecho, la alcaldesa fue afiliada sin su consentimiento. Por otro lado, la posibilidad de que Hernández haya decidido formar parte del PRI, tras haber ganado la presidencia bajo un bloque de partidos de izquierda, también abre una interrogante sobre las estrategias políticas de la mandataria.
A esta altura, la situación parece rozar la ironía política: el PRI se ve ahora en una posición algo incómoda al condenar a una persona que, en teoría, es parte de su propio equipo. El partido no solo ha sido criticado por sus posturas ante el escándalo, sino que también ha quedado expuesto a posibles críticas internas por la falta de conocimiento sobre la afiliación de sus miembros.
¿Afiliación Sin Consentimiento o Estrategia Política?
Un punto que podría esclarecer este enredo es la posibilidad de que la afiliación de Selenne Hernández al PRI haya sido un simple error administrativo, o incluso una afiliación realizada sin su consentimiento. Algunos sugieren que podría tratarse de un homónimo, un error en los registros, pero esta explicación parece cada vez menos probable, sobre todo considerando que el PRI tiene un mecanismo de control riguroso sobre sus miembros.
Por otro lado, algunos observadores políticos señalan que, si se confirmara que Hernández se unió al PRI de manera voluntaria, podría tratarse de una jugada estratégica para mantenerse en el radar del partido más tradicionalista del país, lo cual abriría nuevas posibilidades para su carrera política, tal vez como una futura candidata del PRI en el Estado de México.
El Futuro de Selenne Hernández y el PRI
Mientras tanto, la situación no ha hecho más que intensificar el debate sobre la vinculación entre partidos políticos y figuras que parecen saltar de un lado a otro del espectro político. La ironía de que el PRI haya criticado tan duramente a alguien que, según la plataforma del INE, podría ser uno de sus propios miembros, pone de relieve las complejidades de la política mexicana actual.
Aún no se sabe si Selenne Hernández será llamada a rendir cuentas por su supuesta agresión a la psicóloga del DIF, ni si este escándalo afectará su carrera política. Lo que está claro es que este episodio ha dejado una sombra de duda sobre los mecanismos internos del PRI, y pone en evidencia las contradicciones dentro de la política del país. ¿Será que la alcaldesa de Capulhuac se desmarcará de su afiliación priista? ¿O usará su militancia para fortalecer su posición en la política mexiquense?
Solo el tiempo dirá cómo se resolverá este escándalo que, hasta ahora, sigue sorprendiendo a todos por su inesperado giro irónico.