El municipio de Toluca atraviesa una crisis ambiental multifacética que compromete la salud pública, la biodiversidad y la sostenibilidad urbana. Un reciente diagnóstico ambiental municipal (2025–2027) revela datos alarmantes que requieren atención urgente por parte de autoridades, ciudadanos y sectores educativos.
Toluca genera diariamente más de 1,200 toneladas de residuos sólidos urbanos, pero apenas el 10% es reciclado. Esto se debe a que solo el 32% de los hogares separa adecuadamente su basura, lo que evidencia una baja conciencia ambiental y un manejo deficiente de los residuos en la ciudad.
La acumulación de desechos no solo afecta la imagen urbana, sino que también incide en la contaminación del suelo y cuerpos de agua, elevando los riesgos para la salud pública.
Durante las últimas dos décadas, la temperatura promedio en Toluca ha subido 1.2 grados Celsius, una tendencia atribuida al cambio climático y la urbanización descontrolada. Además, se reporta que el 70% del territorio municipal presenta algún nivel de degradación del suelo, lo que limita la capacidad agrícola, aumenta la erosión y reduce la infiltración de agua al subsuelo.
Toluca alberga más de 1,200 especies registradas de flora y fauna, pero muchas enfrentan riesgos severos por la deforestación y la expansión urbana. Entre 2018 y 2023 se registraron más de 70 incendios forestales que afectaron alrededor de 600 hectáreas de zonas serranas, afectando ecosistemas clave y provocando pérdida de hábitats naturales.
El Índice de Biodiversidad Urbana (IBU) ha permitido identificar al menos 500 especies en zonas urbanas, así como 846 espacios verdes entre parques y jardines. Sin embargo, la creciente fragmentación del hábitat limita la movilidad y reproducción de especies como aves, mariposas, reptiles y mamíferos.
Un factor preocupante es el bajo nivel de conocimiento ambiental entre los estudiantes de primaria y secundaria. Esta carencia educativa impide formar una ciudadanía consciente y activa en la protección del medio ambiente.
Fortalecer la educación ambiental es clave para generar cambios duraderos, desde el hogar hasta la participación comunitaria.
Toluca cuenta con una superficie de 426.85 km², y una población de más de 900 mil habitantes, de los cuales el 77% vive en zonas urbanas. Aunque se registra una cobertura verde del 25.15%, esta presenta una fragmentación media, lo que compromete la conservación de especies como las 136 aves registradas, 315 plantas nativas y 65 mariposas, entre otras.
El panorama ambiental de Toluca exige un enfoque integral que incluya:
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Mayor inversión en infraestructura de reciclaje y separación de residuos.
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Campañas de educación ambiental en escuelas y comunidades.
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Reforestación y mantenimiento de áreas verdes.
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Regulación del crecimiento urbano para evitar la destrucción de hábitats.
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Monitoreo constante del cambio climático a nivel local.
En conclusión, la protección del medio ambiente no solo es una responsabilidad gubernamental, sino un compromiso colectivo. Toluca aún está a tiempo de revertir su deterioro ecológico, pero requiere de acciones firmes, colaborativas y sostenidas.