A los 18 años, muchos jóvenes están terminando la preparatoria, pensando qué estudiar en la universidad o planeando sus primeras aventuras de independencia. Para Carlos Prats García, la rutina es diferente: sus días combinan llamados a set, ensayos de guion, clases de actuación y la inevitable presión de abrirse camino en una industria competitiva como la televisión mexicana.
Aunque su nombre comienza a sonar poco a poco, Carlos sabe que ser actor es mucho más que aparecer frente a las cámaras. “La gente ve el producto final en pantalla, pero lo que hay detrás es disciplina, constancia y muchas horas de trabajo”, asegura.
La rutina de un joven actor
Lejos de la alfombra roja y los reflectores, la vida de Carlos se parece más a la de un estudiante con horarios irregulares. Sus mañanas pueden empezar muy temprano, a veces a las cinco de la mañana, para estar listo en maquillaje y vestuario. Después llegan las largas jornadas de grabación, donde se filman escenas que a veces apenas duran unos segundos en pantalla.
“Me ha tocado repetir una escena más de diez veces hasta que todo queda perfecto. Es cansado, pero también emocionante porque aprendes a valorar cada detalle”, comenta.
Al terminar la jornada, lejos de descansar, Carlos suele dedicar tiempo a ensayar nuevos textos, tomar clases de actuación y, como cualquier joven de su edad, mantener contacto con amigos y familia.
Entre papeles secundarios y grandes sueños
Hasta ahora, su carrera se ha nutrido de papeles secundarios en telenovelas, una etapa que Carlos ve como parte fundamental de su formación. “Cada personaje, por pequeño que sea, te enseña algo. Yo lo veo como una escuela en la que el set es el aula y cada actor con el que trabajas es un maestro”.
Su meta, sin embargo, es clara: algún día quiere un papel protagónico. Pero sabe que llegar hasta ahí es un proceso. “No tengo prisa, quiero crecer paso a paso y que cada oportunidad me encuentre preparado”.
Un joven en tiempos de redes sociales
Como actor de la nueva generación, Carlos también entiende la importancia de las redes sociales. Instagram y TikTok son parte de su vida diaria, no solo para compartir momentos personales, sino también para crear una relación más directa con quienes siguen su carrera.
“Hoy los fans quieren conocerte más allá de lo que haces en la tele. Les interesa tu manera de pensar, tus gustos, tu autenticidad. Por eso trato de mostrarme tal cual soy, sin máscaras”, explica.
El lado humano
Detrás de su faceta pública, Carlos sigue siendo un chico de 18 años que disfruta de lo sencillo: pasar tiempo con sus amigos, escuchar música, ir al cine y compartir con su familia. Reconoce que no todo es fácil, que a veces extraña tener más tiempo libre, pero siente que vale la pena cuando se trata de perseguir un sueño.
“Lo más difícil es aprender a manejar la incertidumbre. No siempre tienes un proyecto asegurado, pero cuando llega, te das cuenta de que todo el esfuerzo valió la pena”, reflexiona.
Mirando hacia adelante
Con apenas 18 años, Carlos Prats García apenas comienza a escribir los primeros capítulos de su carrera. Sin embargo, su madurez, disciplina y pasión dejan ver que su historia apenas está tomando forma.
“Me veo en diez años actuando, contando historias y emocionando a la gente. Eso es lo que más quiero: que mi trabajo llegue a tocar a alguien, aunque sea por unos minutos”.