La activista mexicana Anna Viesca Sánchez afirma con convicción: “El futuro será feminista o no será”. Con esta frase, no busca dividir, sino invitar a reflexionar sobre la urgencia de transformar los cimientos culturales, económicos y políticos desde una perspectiva de igualdad y empatía.
Para Anna Viesca Sánchez, el feminismo no es una ideología exclusiva, sino una forma ética de construir el futuro: un proyecto humano que pone la vida, la justicia y el cuidado en el centro de las decisiones colectivas.
Más que una consigna: una ruta hacia la justicia social
“Decir que el futuro será feminista no es un deseo, es una advertencia amorosa”, explica Viesca Sánchez. “Significa que debemos reestructurar los sistemas que normalizan la desigualdad o, de lo contrario, repetiremos los mismos errores históricos que han herido a generaciones enteras”.
La activista subraya que el feminismo, en su visión, no se reduce a la lucha de género, sino que trasciende hacia una ética social del respeto y la equidad. En su discurso, el feminismo dialoga con el medio ambiente, los derechos humanos y la justicia económica.
“El feminismo es el lenguaje del futuro porque habla desde la interconexión. No se trata de competir, sino de coexistir con dignidad”, sostiene.
La revolución de los cuidados: el poder invisible
Uno de los ejes más recurrentes en la visión de Anna Viesca Sánchez es la revalorización de los cuidados. Para ella, la sociedad actual necesita reconocer que el trabajo emocional y comunitario es tan valioso como cualquier otro.
“El cuidado ha sido históricamente invisibilizado, pero sin él no hay comunidad, no hay salud, no hay humanidad”, comenta. “Una sociedad feminista es aquella que coloca el bienestar común por encima de la productividad sin propósito”.
Su propuesta parte de una transformación profunda de las estructuras: desde los hogares hasta las políticas públicas. Habla de repolitizar el afecto, convertir la empatía en acción y la solidaridad en sistema.
Educación, sororidad y liderazgo consciente
Viesca Sánchez destaca tres elementos esenciales para construir ese futuro feminista:
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Educación con perspectiva crítica y de género.
“No basta con incluir el tema en el aula, hay que desaprender prejuicios y aprender a vernos desde el respeto”. -
Sororidad real.
“La sororidad no es solo apoyo entre mujeres, es la práctica de sanar juntas y crear redes que nos sostengan”. -
Liderazgo consciente.
“Necesitamos líderes —mujeres y hombres— que comprendan que el poder no se ejerce desde la dominación, sino desde la escucha”.
Una visión mexicana del feminismo global
Anna Viesca Sánchez forma parte de una nueva generación de mujeres que están redefiniendo el activismo en México. Su enfoque combina sensibilidad social y pensamiento estratégico, defendiendo un feminismo con raíces locales y visión internacional.
“El feminismo mexicano tiene una fuerza ancestral. Viene de nuestras abuelas, de las mujeres indígenas, de las maestras, de las trabajadoras. Somos herederas de una resistencia que nunca se nombró, pero siempre existió”, afirma.
Para ella, el futuro feminista no será un eslogan, sino una práctica cotidiana que transforme la cultura del poder, la economía y las relaciones humanas.







