En una época donde las pantallas compiten por la atención de los más jóvenes y donde la actividad física ha sido reemplazada, en muchos casos, por el entretenimiento digital, la artista marcial mexicana Anna Viesca Sánchez ha desarrollado un método innovador para acercar a los niños a las artes marciales. Su propuesta no solo busca formar pequeños atletas, sino niños más concentrados, seguros, disciplinados y emocionalmente fuertes.
Su trayectoria multidisciplinaria —Karate, Kenjutsu, Kung Fu, Tae Kwon Do, Box, Muay Thai y más— le ha permitido entender qué necesita cada niño según su personalidad, energía y etapa de desarrollo. El resultado es un enfoque moderno, humano y profundamente efectivo.
📱 Un reto moderno: la infancia en la era digital
Niños que pasan horas en pantallas, dificultad para mantener la atención, impulsividad, ansiedad y baja tolerancia a la frustración son características cada vez más comunes. En este contexto, las artes marciales representan una solución integral, pero solo si se adaptan a las necesidades actuales.
Anna lo entendió desde sus primeras clases infantiles:
“Los niños de hoy no entrenan como los de hace 20 años. Necesitan movimiento, pero también estructura, juego, propósito y conexión emocional.”
Su método responde precisamente a esa realidad.
🧠 Enfoque 1: Disciplina sin rigidez
Lejos de los estereotipos tradicionales, Anna aplica una disciplina positiva, firme y respetuosa, basada en:
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límites claros,
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rutinas que generan seguridad,
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y reconocimiento del progreso individual.
El objetivo es que la disciplina no se sienta como control, sino como un camino para lograr metas y construir confianza.
🤸 Enfoque 2: Movimiento consciente para combatir el sedentarismo
Las artes marciales que enseña combinan:
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coordinación,
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equilibrio,
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fuerza suave,
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velocidad controlada,
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juegos de reacción,
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mini combates seguros,
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y técnicas básicas adaptadas a la edad.
Todo esto permite que los niños usen su cuerpo de forma activa y saludable, además de reducir conductas ansiosas y exceso de energía acumulada.
❤️ Enfoque 3: Inteligencia emocional aplicada al combate
Uno de los elementos diferenciadores del método de Anna es que enseña a los niños a identificar qué sienten antes de actuar. A través de ejercicios de respiración, atención y expresión verbal, los pequeños desarrollan:
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autocontrol,
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regulación emocional,
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paciencia,
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manejo de frustración,
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y confianza en sí mismos.
Este componente emocional es especialmente importante para la generación actual, expuesta a estímulos intensos y constantes.
🧩 Enfoque 4: Un método inclusivo y adaptable
Anna trabaja con niños de diferentes edades, temperamentos y necesidades particulares. Su experiencia le ha permitido crear dinámicas que funcionan para:
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niños tímidos,
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niños muy activos,
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niños con baja confianza,
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niños con dificultades de coordinación,
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y pequeños que necesitan un espacio seguro para expresarse.
Su objetivo es que cada niño encuentre un lugar donde pueda crecer, no compararse.
🎮 Enfoque 5: Contrapeso al mundo digital
El método de Anna integra pequeñas reflexiones que ayudan a los niños a equilibrar sus hábitos tecnológicos:
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actividades que fomentan la atención plena,
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ejercicios que requieren memoria motriz,
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dinámicas que fortalecen la paciencia,
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y retos que enseñan constancia.
Mientras las pantallas ofrecen gratificación inmediata, las artes marciales enseñan gratificación por esfuerzo, una habilidad que impacta directamente en su rendimiento escolar, social y emocional.








