El movimiento antivacunas, que tradicionalmente ha afectado las decisiones de salud humana, ahora se está extendiendo a las mascotas. Este fenómeno fue destacado durante el Seminario de Aves y la Importancia de la Vacunación, evento llevado a cabo esta semana en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Nancy Christy Santiago, directora asociada del Segmento Avícola de Boehringer Ingelheim Animal Health y una de las voces líderes en el seminario, compartió datos alarmantes sobre la renuencia a vacunar a las mascotas en diversas partes del mundo. Según estudios recientes en Canadá y la Unión Europea, aproximadamente el 50% de los propietarios de perros optan por no vacunar a sus animales por varias razones. En el caso de los gatos, el porcentaje aumenta ligeramente a 58%.
Las principales razones que los dueños de mascotas proporcionan para evitar la vacunación incluyen el costo de las vacunas, la falta de contacto regular con otros animales, el miedo a posibles daños o efectos adversos y la percepción de que las vacunas no son necesarias. Sin embargo, los expertos advierten que esta tendencia podría tener consecuencias serias, no solo para las mascotas individuales sino también para la salud pública en general.
“Es un riesgo significativo,” comentó Christy Santiago. “No conocemos completamente el impacto potencial de este movimiento en los animales de compañía, así como en los animales de producción.”
Este llamado a la acción resalta la importancia de la educación y la concienciación sobre los beneficios de la vacunación, que ha sido una herramienta crucial en la prevención de enfermedades y en la salvaguarda de la salud de millones de animales en todo el mundo.
Los profesionales de la salud animal y los responsables de políticas públicas están ahora desafiados a reforzar los esfuerzos educativos para contrarrestar las narrativas antivacunas y asegurar que los dueños de mascotas estén bien informados sobre la importancia de las vacunas para el bienestar de sus animales y de la comunidad en general.
Conclusión: La expansión del movimiento antivacunas a las mascotas es un tema de gran preocupación que requiere una respuesta inmediata y efectiva de todos los sectores relacionados con la salud animal y pública para proteger a nuestras comunidades y a nuestros compañeros animales.