A las afueras del Hospital del Niño en el Paseo Colón de Toluca, decenas de familias se han visto obligadas a soportar las bajas temperaturas del invierno mientras esperan el alta de sus pequeños. Sin recursos suficientes para hospedarse en un lugar seguro o resguardarse adecuadamente del frío y lluvias, padres y familiares de niños hospitalizados han encontrado en la intemperie su única opción para mantenerse cerca de sus hijos en situación crítica.
Muchas de estas familias provienen de comunidades alejadas y rurales del Estado de México y otras zonas aledañas, lo que representa una limitación importante tanto en recursos económicos como en opciones de traslado. Sin posibilidad de pagar hospedaje o alimentación, los padres han improvisado pequeños campamentos al pie del hospital. En cartones, cobijas y plásticos que apenas resguardan de las heladas nocturnas, estas familias se han adaptado a una rutina complicada y desgastante que pocos conocen.
“No queremos alejarnos de nuestros hijos; si algo sucede o necesitan algo, queremos estar cerca,” comenta un padre que, al igual que decenas de personas, ha pasado noches enteras fuera del hospital, sin más abrigo que un par de cobijas.
Ante el contexto, se han elevado peticiones a las autoridades para que proporcionen ayuda básica y asistencia temporal a quienes, sin otro lugar al cual acudir, se ven obligados a esperar al aire libre. Las voces de familiares y organizaciones han pedido con urgencia que se habiliten albergues temporales cerca del hospital, o al menos, espacios donde puedan refugiarse de las inclemencias del tiempo durante el periodo de espera.
Además de la falta de hospedaje, muchos de los padres y familiares también requieren apoyo en alimentación y servicios básicos. La situación se vuelve particularmente grave en los meses de invierno, cuando las temperaturas en Toluca pueden descender de manera significativa durante la noche, haciendo casi insoportable la espera sin el resguardo adecuado.
Quienes estén interesados en ayudar pueden hacerlo a través de diversas organizaciones civiles y grupos de ayuda locales que, en ocasiones, se movilizan para proporcionar cobijas, alimentos y ropa a quienes esperan fuera del Hospital del Niño. Asimismo, algunos ciudadanos de Toluca han comenzado a reunir donativos para ofrecer productos de primera necesidad, intentando dar un poco de alivio a estas familias en circunstancias difíciles.
La presencia de estas familias en la intemperie no es solo una cuestión de visibilidad social, sino un llamado a la solidaridad y a la responsabilidad de las autoridades locales. Brindar apoyo a quienes enfrentan el desafío de cuidar a un hijo hospitalizado en condiciones de vulnerabilidad no solo es una medida de humanidad, sino también de respeto a los derechos básicos de estos individuos. Con este escenario, se hace evidente la necesidad de establecer mecanismos de asistencia y apoyo a largo plazo, para garantizar que ninguna familia tenga que pasar por esta situación sin el respaldo necesario.
En conclusión, la espera al aire libre en pleno invierno es una realidad para muchas familias que enfrentan días y noches a la intemperie, sin otra opción más que aguardar a las afueras del Hospital del Niño en Toluca. Mientras que las peticiones de albergues temporales y servicios de asistencia se encuentran en proceso, la sociedad toluqueña y las autoridades pueden jugar un rol clave en la mejora de las condiciones de estas personas.