Morena inicia una nueva etapa en el Estado de México con la elección de Luz María Hernández como presidenta estatal, marcando un cambio significativo en la estructura interna del partido y relegando a Higinio Martínez a un papel secundario.
El pasado fin de semana, el Hotel Radisson de la capital mexiquense fue el escenario de una contienda electoral que redefinió las bases de poder de Morena en la entidad. Con 259 votos, Luz María Hernández, cercana al gobierno estatal encabezado por Delfina Gómez Álvarez, se impuso a Mariela Gutiérrez, representante de la corriente Mexiquenses de Corazón y respaldada por el senador Higinio Martínez, quien obtenió solo 159 votos.
Declive de Higinio Martínez y Mexiquenses de Corazón
La elección marcó un claro declive para la facción liderada por Higinio Martínez, quien había mantenido una influencia considerable en Morena. La derrota de Gutiérrez simboliza la pérdida de control de este grupo en los principales órganos de decisión del partido.
Con esta victoria, Luz María Hernández y su equipo consolidan la influencia de Delfina Gómez y su círculo cercano, mientras que el bloque de Martínez queda marginado del nuevo esquema de poder. Este resultado también refuerza a Horacio Duarte Olivares, secretario de Gobierno del Estado de México, como uno de los operadores políticos más relevantes en la izquierda mexiquense.
Adán Gordo y Ana María Olvera: Nuevos cargos clave
En otros puestos de relevancia dentro del partido, Adán Gordo fue elegido como secretario general con 126 votos, mientras que Ana María Olvera asume la Secretaría de Organización. Olvera, vinculada al grupo Los Puros liderado por Daniel Serrano Palacios, también fortalece la corriente afín a Delfina Gómez, dejando a Higinio Martínez sin representantes clave en la estructura partidaria.
Divisiones internas y tensión en el proceso electoral
La jornada electoral no estuvo exenta de tensiones. Abucheos y desacuerdos entre los participantes evidenciaron las fracturas internas en Morena. Sin embargo, el resultado final demuestra una clara consolidación del liderazgo estatal por sobre las facciones locales que habían dominado en el pasado.
Esta elección también reafirma el control del grupo cercano a la gobernadora Delfina Gómez, quien ha logrado centralizar el poder en la dirigencia estatal, desarticulando las aspiraciones de los bloques opositores.
Un nuevo panorama para Morena en el Edoméx
La victoria de Luz María Hernández simboliza más que un cambio en las figuras de poder; representa el fortalecimiento de un modelo político más alineado con el proyecto estatal de Delfina Gómez. Este movimiento redefine el panorama de Morena en el Estado de México y deja a Higinio Martínez en una posición de debilidad política.
El futuro de Morena en la entidad dependerá de su capacidad para superar las divisiones internas y consolidar un proyecto que unifique a sus distintas corrientes. Por ahora, el grupo cercano a la gobernadora tiene la ventaja, mientras que los líderes desplazados tendrán que replantear sus estrategias para mantenerse vigentes en la escena política mexiquense.