En el corazón de Toluca, la capital del Estado de México, se encuentra una serie de inmuebles históricos cuyas fachadas presentan un riesgo inminente de colapso. Estas estructuras, algunas con más de un siglo de antigüedad, han sido motivo de preocupación para vecinos, peatones y autoridades debido a sus condiciones deterioradas que no solo afectan la estética de la ciudad, sino que también representan un peligro para la seguridad pública.
Se identificaron tres puntos críticos en el centro de Toluca donde los inmuebles presentan un riesgo significativo. El primer punto se encuentra sobre la avenida Sebastián Lerdo de Tejada, cerca del emblemático Teatro Morelos. Aquí, una construcción sostenida por vigas de metal muestra signos claros de deterioro. Las personas que transitan diariamente por esta vía se enfrentan a un peligro constante debido a la posibilidad de un colapso repentino de la fachada.
Alberto Díaz, vecino de la zona, expresó su preocupación: “Estos inmuebles representan un riesgo para todos nosotros. En cualquier momento, uno de estos edificios puede colapsar, poniendo en peligro la vida de quienes viven o transitan cerca”. Además, el estado de abandono de estos edificios ha provocado la proliferación de plagas como ratas, cucarachas y hierba crecida, convirtiéndose en un foco de insalubridad.
La fachada del inmueble en cuestión, construida en gran parte de adobe, muestra grietas significativas y desprendimiento de pintura y cemento. Un letrero advierte a los conductores sobre el peligro de estacionar cerca: “No estacionarse, fachada con daño estructural, de hacerse caso omiso será bajo su responsabilidad”. Esta advertencia refleja el estado precario del edificio y la falta de acciones concretas por parte de las autoridades para mitigar el riesgo.
A pocos metros del primer inmueble, en la intersección de Sebastián Lerdo de Tejada y 28 de Marzo, se encuentra otro edificio en condiciones similares. Esta estructura, con una fachada azul sostenida también por vigas de metal, representa un peligro evidente para los peatones que pasan diariamente por la banqueta. La preocupación de los vecinos no se limita solo al riesgo estructural, sino también al impacto visual y urbano. “Estos inmuebles hacen que la ciudad se vea más vieja y descuidada, contribuyendo a una sensación de decadencia y abandono”, añadió Alberto.
Otro edificio que se suma a la lista de inmuebles en riesgo se encuentra en la intersección de Instituto Literario y Nicolás Bravo. Este inmueble sufrió un derrumbe parcial de su fachada el pasado 28 de agosto, dejando al descubierto el deterioro avanzado de su estructura. Patricia Ramírez, otra vecina de la zona, manifestó su frustración ante la falta de acción de las autoridades: “Este lugar es un peligro. Ya deberían derribarlo porque podría colapsar en cualquier momento. Las autoridades no hacen nada para solucionar el problema”.
Se observan cómo los escombros y pedazos de ladrillo permanecen esparcidos por la banqueta, representando un riesgo adicional para peatones y vehículos. A pesar de las advertencias y de la presencia del personal de Protección Civil, las soluciones hasta ahora han sido improvisadas y temporales, como el uso de llantas para advertir a los transeúntes sobre el peligro.
Es importante destacar que estos inmuebles están bajo la protección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) debido a su valor histórico. Sin embargo, para los vecinos de Toluca, estas edificaciones representan un riesgo constante que requiere una intervención urgente por parte del Ayuntamiento y el INAH. La temporada de lluvias, próxima a comenzar, incrementa el peligro, ya que el agua puede agravar aún más el deterioro de las estructuras, especialmente aquellas hechas de adobe.
El personal de Protección Civil ha indicado que realizan rondines diarios para monitorear la situación, pero señalan que su trabajo es meramente preventivo y que la responsabilidad de una intervención definitiva recae en las autoridades correspondientes. “Nuestro trabajo es prevenir y dar seguimiento, pero la solución final depende de las autoridades municipales y del INAH”, declaró un representante de Protección Civil.
En conclusión, el deterioro de los inmuebles en el centro de Toluca es un problema que requiere una solución inmediata para proteger tanto el patrimonio histórico de la ciudad como la seguridad de sus habitantes. Mientras las autoridades locales y federales debaten sobre las mejores opciones de intervención, los vecinos y transeúntes continúan expuestos a un peligro latente. Es fundamental que se tomen medidas concretas para restaurar o, en su defecto, demoler las estructuras más deterioradas antes de que ocurra una tragedia.
La situación actual en el centro de Toluca es un llamado a la acción para preservar no solo la historia de la ciudad, sino también para asegurar un entorno seguro y saludable para todos sus habitantes.