El Estado de México atraviesa por una crisis de seguridad vehicular sin precedentes. Los robos de vehículos, baterías, estéreos, llantas y computadoras de automóviles han escalado de manera alarmante, afectando a miles de ciudadanos que viven en constante temor de ser víctimas de estos delitos. Lo más preocupante es que los ladrones ya no esperan la oscuridad de la noche para actuar; los robos ahora se llevan a cabo a plena luz del día, evidenciando la falta de control y prevención en las calles mexiquenses.
La ola de robos en el Estado de México ha experimentado un aumento del 29% en lo que va del año. Se reportan más de 306,359 unidades robadas, según datos recientes. A diferencia de años anteriores, los delincuentes ya no dependen de un descuido por parte de los conductores para llevar a cabo sus actos. Ahora, la modalidad predominante es el hurto violento, donde los criminales emboscan a sus víctimas mientras estas aún se encuentran dentro de sus vehículos.
Las zonas más peligrosas para los conductores incluyen cruces concurridos con semáforos en rojo, estacionamientos de centros comerciales y accesos a fraccionamientos y viviendas. Estas ubicaciones estratégicas han sido aprovechadas por los ladrones para realizar sus delitos, generando una sensación de vulnerabilidad entre la ciudadanía.
Uno de los episodios que ha encendido las alarmas sucedió en la vialidad López Portillo, cerca de la Central de Abasto en Toluca. Un hombre fue asaltado de forma violenta mientras conducía su camioneta de 1.5 toneladas. Los delincuentes lo despojaron de todos sus objetos de valor, incluyendo el vehículo, y lo amenazaron repetidamente con un arma de fuego. Este incidente refleja el nivel de violencia y audacia con el que operan los ladrones en la región.
Vecinos de San Mateo Otzacatipan han denunciado que, a pesar de la instalación de cámaras de seguridad y otras medidas de vigilancia, los delincuentes continúan actuando sin freno. En algunos casos, los ciudadanos han optado por dejar mensajes en sus automóviles, como el que reza: “Me quitaron la batería, no dañes las puertas”, con la esperanza de evitar mayores daños en sus vehículos. Sin embargo, estos actos desesperados no han sido suficientes para disuadir a los ladrones, quienes a menudo destrozan puertas o cofres para extraer las piezas, incrementando aún más los costos de reparación.
En la capital mexiquense, las redes sociales se han convertido en un canal para que los ciudadanos expresen su indignación y frustración. Muchas personas han cuestionado la eficacia de las autoridades municipales y estatales, exigiendo que se refuercen las medidas de seguridad en lugar de enfocarse en la represión de comerciantes ambulantes. “En vez de perseguir y reprimir a comerciantes ambulantes que se ganan la vida honestamente, deberían tapar los baches y protegernos de los ladrones”, comentó doña Angelita, vecina del barrio La Trinidad.
La situación de inseguridad en el Estado de México exige una respuesta urgente y contundente. Los ciudadanos piden a las autoridades que implementen estrategias más efectivas para combatir el robo de vehículos y garantizar la seguridad en las calles. Esto incluye un mayor patrullaje, mejor iluminación en zonas de riesgo, y una rápida respuesta ante las denuncias de robos. Además, se debe trabajar en conjunto con las comunidades para fomentar la denuncia anónima y la cooperación ciudadana.
En conclusión, el alarmante incremento de los robos de vehículos y autopartes en el Estado de México no solo representa una amenaza para la seguridad de los ciudadanos, sino que también afecta la calidad de vida y la confianza en las instituciones. Las autoridades deben tomar medidas firmes para frenar esta ola de delincuencia y devolver la tranquilidad a las calles mexiquenses. La situación actual exige un esfuerzo conjunto entre gobierno, sociedad y fuerzas de seguridad para que los ciudadanos puedan volver a sentirse seguros al transitar por las calles.