En el municipio de Toluca, una de las zonas más dinámicas y pobladas del Estado de México, los taxistas enfrentan un clima de inseguridad que amenaza no solo sus vidas, sino también su fuente de trabajo. Los municipios de Almoloya de Juárez, Metepec, Santa María del Monte en Zinacantepec, San Pablo Autopan, San Cristóbal Huichochitlán y las inmediaciones de la Terminal de Toluca se han convertido en puntos críticos donde la extorsión se ha instalado como una amenaza constante para los conductores del transporte público.
Según los testimonios recogidos de los mismos taxistas, el miedo a las represalias es uno de los principales factores que impide que denuncien las extorsiones sufridas por parte del crimen organizado. Muchos temen que las autoridades no ofrezcan protección adecuada, lo que les deja en una situación de vulnerabilidad.
Odilón López Nava, delegado de la Cámara Nacional de Autotransporte Pasaje y Turismo (Canapat) en la región, denunció que las extorsiones persisten con fuerza, especialmente en localidades como Almoloya de Juárez.
“Lo que quisiéramos es que los compañeros taxistas perdieran el miedo y tuvieran confianza en las autoridades, pero el temor persiste debido a que los extorsionadores siguen operando con total impunidad”, indicó López Nava.
El caso de una pareja detenida en Almoloya de Juárez es solo uno de los ejemplos de cómo el crimen organizado sigue operando en la zona. Aunque hubo detenciones, los taxistas siguen enfrentando el riesgo de represalias, ya que los responsables quedan libres y la violencia no cesa. En febrero, en Santa María del Monte, en Zinacantepec, se registró un homicidio relacionado con las extorsiones, seguido de otro asesinato y un lesionado, lo que deja en evidencia la falta de control y la persistencia del problema.
La situación empeora cuando los taxistas se ven obligados a pagar cuotas al crimen organizado. En algunos casos, las cantidades exigidas superan los 20 mil pesos, con los extorsionadores identificándose como miembros de La Familia Michoacana.
“Comienzan con mensajes, luego con llamadas y, finalmente, con amenazas. Si decides denunciar, no hay garantía de que los extorsionadores no actúen contra ti, como ocurrió con un compañero en San Francisco, a quien intentaron asesinar después de que presentó la denuncia”, relató uno de los taxistas afectados.
La extorsión no solo se limita a los taxistas, sino que también afecta a los locatarios y habitantes de las zonas mencionadas. Los extorsionadores, que operan a bordo de vehículos particulares, llegan sin previo aviso a las bases de taxis, exigiendo el pago de cuotas bajo amenazas de violencia.
A pesar de que se han presentado denuncias ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, los presuntos responsables de las extorsiones siguen libres, lo que deja a los taxistas en una situación desesperante. La impunidad que reina en la región alimenta la sensación de inseguridad y vulnerabilidad que sienten los trabajadores del volante.
La solución a esta grave situación requiere de una respuesta contundente y efectiva por parte de las autoridades. Es crucial que los taxistas sientan que pueden confiar en las fuerzas del orden para denunciar sin miedo a represalias. Esto implica mejorar la protección a las víctimas, garantizar que los extorsionadores enfrenten consecuencias severas, y reforzar la presencia policial en las zonas más afectadas.
Además, es esencial que se dé visibilidad al problema en los medios y se aumente la cooperación entre las autoridades locales, el gobierno estatal y las organizaciones de transporte para desarrollar estrategias que acaben con la impunidad que permite a los extorsionadores seguir operando con total libertad.
En conclusión, los taxistas de Toluca enfrentan una lucha diaria contra la extorsión y el miedo. A pesar de las denuncias y la conciencia sobre el problema, la falta de acciones efectivas y la impunidad continúan siendo un obstáculo para que la situación mejore. Solo con un compromiso firme de las autoridades y una mayor cooperación con las víctimas se podrá hacer frente a este flagelo que afecta tanto a los conductores como a la comunidad en general.