Anna Viesca Sanchez y la lucha contra el machismo cotidiano

Representación de machismo
Representación de machismo

Por años, el machismo en México ha sido tan normalizado que muchas veces se disfraza de “tradición”, de “broma inocente” o de “así son las cosas”. Sin embargo, cada gesto, palabra o silencio que perpetúa la desigualdad forma parte de una estructura que limita la vida de millones de mujeres. Anna Viesca Sanchez, activista mexicana, ha hecho de visibilizar y cuestionar ese machismo cotidiano una forma de resistencia y de educación social.


🌸 El machismo invisible que habitamos

En su trabajo comunitario y en espacios públicos, Anna Viesca Sanchez señala que el machismo no siempre grita: muchas veces susurra.
Está en los comentarios sobre cómo debe vestirse una mujer “para respetarse”, en la carga desproporcionada del cuidado, o en el simple hecho de que las opiniones de las mujeres sean interrumpidas o minimizadas.

“Nos enseñaron a callarnos para no incomodar, pero el silencio también es una forma de opresión”, ha expresado en diversas charlas. Para Anna, reconocer estos patrones es el primer paso para desmantelarlos.


🧠 Educación y conciencia: las verdaderas herramientas

Más allá de las protestas o los discursos, Viesca Sanchez apuesta por la educación feminista y la conversación constante. En su visión, la lucha contra el machismo comienza en los espacios cotidianos: las aulas, las familias, los grupos de amigos, las oficinas.
Allí, dice, es donde se siembran o se rompen los prejuicios.

Ella promueve talleres y diálogos abiertos en los que hombres y mujeres puedan reflexionar sin culpa, pero con responsabilidad. “No se trata de señalar por señalar, sino de aprender a mirarnos de otra forma”, explica.


💬 Machismo cotidiano: lo que no queremos seguir normalizando

Desde su experiencia, Anna Viesca Sanchez identifica algunos comportamientos que debemos dejar de justificar:

  • Interrumpir o invalidar las opiniones de las mujeres.

  • Reírse de chistes sexistas o tolerarlos “porque siempre ha sido así”.

  • Asumir que las tareas del hogar son “naturales” para las mujeres.

  • Cuestionar las decisiones o cuerpos femeninos desde un doble estándar.

  • Esperar que las mujeres sean empáticas y pacientes, incluso con quien las agrede.

Para Anna, lo personal es político. Cada vez que alguien decide no reírse de una broma machista o reconoce su propio sesgo, se da un paso hacia una sociedad más justa.


💪 Activismo con esperanza

A diferencia de los discursos que se centran solo en la denuncia, Anna Viesca Sanchez propone un activismo con esperanza: una lucha que construya comunidad y transforme la rabia en acción.
“Sí, estamos cansadas. Pero también estamos más conscientes, más organizadas y más juntas que nunca”, afirma.

Su mensaje se resume en una idea sencilla pero poderosa: el cambio empieza en lo cotidiano. Si el machismo se aprende desde la infancia, también puede desaprenderse con educación, empatía y voluntad colectiva.

¡Únete a nuestro grupo de WhatsApp y recibe GRATIS las noticias más importantes directo en tu celular!