CDMX reconoce a los perritos de calle como “Animales Comunitarios”

Perro-Mascota
Perro-Mascota

En un avance histórico por el bienestar animal, la Ciudad de México ha aprobado una reforma que reconoce oficialmente a los perros y gatos callejeros cuidados por vecinos como “animales comunitarios”, brindándoles protección jurídica y asegurando mejores condiciones de vida.

Los animales comunitarios son aquellos perros o gatos que, aunque no tienen un dueño individual, son parte del entorno vecinal: viven en espacios públicos o áreas comunes y son alimentados, supervisados y atendidos por residentes y comerciantes. Estos animales no solo forman parte del tejido social de muchas colonias capitalinas, sino que también enfrentan riesgos constantes de maltrato, abandono y falta de atención médica.

Hasta ahora, estos animales vivían en un limbo legal, sin una categoría específica que los protegiera. Sin embargo, esto cambia con la publicación de reformas a la Ley de Protección y Bienestar de los Animales de la Ciudad de México en la Gaceta Oficial capitalina.

Con esta reforma, se fijan obligaciones claras para las personas benefactoras de estos animales, quienes voluntariamente cuidan y se hacen responsables de ellos dentro de sus posibilidades. A partir de ahora, deberán procurarles:

  • Alimentación adecuada y constante

  • Esterilización para controlar la sobrepoblación

  • Un entorno seguro y limpio

  • Atención médica básica

  • Bienestar conductual y emocional

  • Identificación visible con collar o pechera, incluyendo datos de contacto de al menos un cuidador

La nueva normativa también obliga a la Agencia de Atención Animal (AGATAN) a implementar políticas públicas que promuevan el trato digno y respetuoso hacia los animales comunitarios. Además, se busca fortalecer una cultura ciudadana de cuidado, esterilización y tutela responsable, fomentando la corresponsabilidad entre gobierno y sociedad.

Este reconocimiento legal no solo es un acto de justicia hacia los animales, sino que también representa un paso importante hacia comunidades más empáticas y organizadas. Vecinos, locatarios y ciudadanos que ya cuidaban de estos animales ahora cuentan con un respaldo normativo que reconoce y legitima sus acciones.

La decisión de CDMX podría convertirse en referente nacional e internacional. Ciudades que enfrentan problemas similares con animales en situación de calle podrían encontrar en este modelo una solución innovadora y humanitaria, basada en la colaboración comunitaria y la protección jurídica.

En conclusión, la Ciudad de México abre un nuevo capítulo en la defensa de los derechos animales con la figura de los “animales comunitarios”, apostando por la convivencia armoniosa entre humanos y animales en entornos urbanos. Una iniciativa que no solo protege a los lomitos y michis que nos acompañan cada día, sino que también fortalece el tejido social de nuestras colonias.

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