Lo que fue una promesa para conservar especies endémicas en Toluca ha quedado en el olvido. El Ajolotario del Parque de la Ciencia Sierra Morelos cerró sin explicaciones claras y hoy luce abandonado.
En noviembre de 2022, el gobierno del Estado de México inauguró con bombo y platillo el Ajolotario del Parque de la Ciencia Sierra Morelos, ubicado en Toluca. Este espacio fue diseñado para albergar y proteger especies endémicas, entre ellas, el emblemático ajolote mexicano. Se invirtieron 21 millones de pesos en lo que se presentó como una de las apuestas más ambiciosas en materia de conservación ambiental.
El recinto no solo albergaba ajolotes, sino también peces, anfibios e invertebrados, todos parte de un ecosistema en riesgo. Su misión era clara: rescatar, preservar y mostrar al público la riqueza biológica del país, con un enfoque en la educación ambiental.
Sin embargo, el 8 de febrero de 2024, el Ajolotario fue cerrado de forma repentina. La única justificación ofrecida por las autoridades fue una vaga mención a una “remodelación”, aunque nunca se presentaron planes formales ni fechas de reapertura.
El cierre se dio apenas unos días después de una visita de la gobernadora Delfina Gómez, lo que despertó sospechas y cuestionamientos entre ciudadanos y ambientalistas.
En múltiples declaraciones, la secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Alehy Rubio, ha asegurado que se están realizando labores de “remodelación y equipamiento”. No obstante, un recorrido reciente por el sitio reveló una realidad distinta: el espacio permanece cerrado, sin trabajadores, sin maquinaria, y con claros signos de abandono.
Hasta el momento, no se ha informado oficialmente qué sucedió con las especies que habitaban el Ajolotario.
Lo que comenzó como un proyecto con visión ambiental y diseño arquitectónico moderno, hoy es un ejemplo del abandono institucional. El Ajolotario no solo tenía el potencial de convertirse en un referente nacional de conservación, sino también en un punto de aprendizaje para estudiantes, turistas y científicos.
Sin información clara por parte del gobierno estatal, la opacidad en torno al Ajolotario solo crece, al igual que la indignación ciudadana. La falta de transparencia y compromiso pone en duda la verdadera voluntad de las autoridades para proteger el patrimonio natural del Estado de México.
A más de un año de su cierre, el Ajolotario de Sierra Morelos permanece olvidado, sin avances visibles, sin informes públicos y sin ajolotes a la vista. Lo que debía ser un faro de conservación, terminó como un proyecto truncado, cargado de dudas y promesas incumplidas.
En conclusión, las autoridades deben rendir cuentas y esclarecer el destino del Ajolotario y sus especies. La ciudadanía merece saber qué pasó con este espacio y con los ajolotes que se prometió proteger.