México enfrenta un desafío considerable en la gestión de sus recursos hídricos, revelan los últimos datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). A la fecha, el 76% de las presas del país se encuentra por debajo de la mitad de su capacidad total, una situación que pone en riesgo tanto el suministro de agua como diversas actividades económicas dependientes de este vital recurso.
La Conagua, a través del Sistema Nacional de Información del Agua (SINA), ha identificado que de las 210 presas operativas, 160 se encuentran entre el 0% y el 50% de su capacidad de almacenamiento. Este panorama desolador se extiende a lo largo y ancho del país, con seis presas en estados como Querétaro, Guanajuato y Sonora completamente desecadas, sin reservas de agua.
Además, otras dos presas en Sonora y San Luis Potosí se encuentran en condiciones alarmantes, con menos del 1% de su capacidad. La crítica situación de estas infraestructuras hídricas es una clara señal de la intensa sequía que azota a diversas regiones de México.
Contrario a esta tendencia, en Ensenada, Baja California, se reporta una presa que excede su capacidad, albergando el 123% de su volumen total, lo cual plantea diferentes retos y oportunidades para la gestión del agua en la región.
La gravedad de la situación se evidencia en los estados con un número significativo de presas en niveles críticos, con menos del 20% de su capacidad:
- Michoacán y Sinaloa con 10 presas cada uno,
- Sonora y Querétaro con 8 y 7 respectivamente,
- Tamaulipas y Estado de México con 7 y 6,
- Guanajuato y San Luis Potosí con 6,
- y otros estados que también presentan cifras preocupantes.
Este descenso en los niveles de almacenamiento no sólo es un reflejo de las condiciones climáticas adversas, sino también de la necesidad urgente de adoptar medidas eficaces para la conservación y manejo sostenible del agua. Los datos de la Conagua, que muestran una disminución en la capacidad total de almacenaje a 46,782 millones de metros cúbicos, refuerzan la importancia de políticas integradas de gestión del agua que puedan mitigar el impacto de futuras sequías.
Frente a este panorama, es crucial que los sectores público y privado colaboren estrechamente para desarrollar estrategias que garanticen un uso eficiente del agua, promuevan la inversión en infraestructura y fomenten la conciencia pública sobre la importancia de este recurso. La situación actual de las presas en México es un llamado a la acción para todos los actores involucrados en la gestión de los recursos hídricos del país.
