La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha emitido una advertencia preocupante: las 210 principales presas en todo el país están apenas al 51% de su capacidad de almacenamiento. Esta situación es evidente incluso en áreas vitales como el Valle de México, donde las tres principales presas que alimentan el Sistema Cutzamala – Villa Victoria, Bosque y Valle de Bravo – se encuentran apenas al 39.13% de su capacidad, con una tendencia decreciente alarmante.
Una mirada alarmante a la presa de Valle de Bravo
La presa de Valle de Bravo, en particular, ha llamado la atención de los expertos y observadores debido a su dramática disminución en los últimos años. Danielle Dithurbide, quien recientemente visitó la presa, describió una situación preocupante: áreas que antes estaban cubiertas por el lago ahora están expuestas, con el fango visible y una marcada reducción en la altura de la torre de la presa.
La ingeniera en Recursos Hídricos, Eloísa Domínguez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó la importancia del Sistema Cutzamala, una infraestructura hidráulica vital que conecta siete presas, la mayoría de las cuales se encuentran en el Estado de México. Samantha Namnum, del Observatorio Ciudadano de la Cuenca Valle de Bravo, destacó la crítica situación de la presa de Valle de Bravo, la principal fuente de agua para el sistema.
Datos alarmantes sobre la disminución del almacenamiento de agua
Los datos más recientes revelan una caída alarmante en el almacenamiento de agua, con una pérdida del 1.5% en solo dos semanas, lo que equivale a seis millones de metros cúbicos. La presa estaba al 34.4% de su capacidad el 22 de enero de 2024, disminuyendo aún más al 32.9% el 6 de febrero del mismo año.
La causa de esta crisis es clara: menos precipitaciones combinadas con una extracción constante de agua. Además, las zonas turísticas también están sufriendo las consecuencias de esta escasez de agua. En lugares como Valle de Bravo, el agua no solo es vital para el suministro urbano, sino también para la industria turística que sustenta gran parte de la economía local.
En conclusión, la situación demanda acciones urgentes y coordinadas a nivel gubernamental, así como un esfuerzo conjunto de la sociedad para conservar y gestionar de manera más eficiente este recurso vital antes de que sea demasiado tarde. En palabras de Jesús, un lanchero local, “todos dependemos del lago, si se nos termina el lago se terminó Valle de Bravo”. Esta declaración resume la gravedad de la situación: la crisis hídrica no solo amenaza el suministro básico de agua, sino que también pone en riesgo el sustento de comunidades enteras y la viabilidad económica de regiones clave en México.