A solo 30 días de las elecciones presidenciales programadas para el 5 de noviembre, Donald Trump ha reafirmado su postura sobre uno de los temas más polémicos de su campaña: el cierre de la frontera con México. Durante un evento de campaña en Wisconsin, uno de los estados clave en los comicios, el ex presidente señaló que su primer acto de gobierno, si logra regresar a la Casa Blanca, será frenar lo que él considera una “invasión” a través de la frontera sur.
Trump también aprovechó el evento para lanzar duras acusaciones contra la actual vicepresidenta y su rival electoral, Kamala Harris. El magnate republicano aseguró que Harris apoya que el gobierno federal financie las operaciones de cambio de sexo para inmigrantes indocumentados, una crítica que ya había esgrimido en el debate presidencial del 10 de septiembre. La base de estas acusaciones se remonta a un comentario que Harris habría hecho en 2019, cuando era senadora, dirigido a la Unión Nacional de Libertades Civiles (ACLU).
Esta retórica, claramente diseñada para movilizar a su base electoral más conservadora, ha resonado especialmente entre aquellos sectores que apoyan las políticas restrictivas de inmigración que Trump impulsó durante su primer mandato.
“Mi primera orden va a ser cerrar la frontera. Vamos a frenar la invasión, vamos a acabar con la criminalidad de los inmigrantes”, exclamó Trump entre los vítores de sus seguidores. La mayoría de los asistentes a su evento en Wisconsin, predominantemente de raza blanca, mostraron su apoyo a esta propuesta, que ha sido un pilar central de la campaña de Trump desde sus primeros días en política. El ex presidente argumenta que solo él es capaz de resolver lo que percibe como una crisis fronteriza agravada por las políticas de Joe Biden y Kamala Harris en los últimos cuatro años.
Además del tema de la inmigración, Trump anunció que su segunda orden ejecutiva, en caso de ganar, sería reabrir las concesiones de perforación en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico (ANWR) en Alaska. “Perfora, ‘baby’, perfora”, coreaba la multitud, refiriéndose a su promesa de reactivar la explotación de los recursos naturales en esa área protegida. Antes de dejar el cargo en enero de 2021, Trump había otorgado arrendamientos para la perforación en más de 160,000 hectáreas del ANWR. Sin embargo, la administración Biden anuló estos acuerdos, citando deficiencias legales en los procesos que los sustentaban.
El evento en Wisconsin es parte de una gira por el medio oeste industrial de Estados Unidos, donde Trump busca consolidar su base de apoyo en estados donde las encuestas muestran una competencia cerrada con Kamala Harris. Aunque la vicepresidenta mantiene una ligera ventaja en muchos de estos estados, las diferencias entre ambos candidatos están dentro del margen de error, lo que mantiene la contienda abierta.
El día anterior, en un evento en Butler, Pensilvania, Trump contó con el apoyo de Elon Musk, CEO de Tesla, SpaceX y la plataforma X (anteriormente Twitter). Musk, reconocido por su ideología conservadora, llamó la atención de los asistentes con un discurso a favor de Trump. “Como pueden ver, no soy solo MAGA, soy Dark MAGA”, bromeó el empresario, refiriéndose al movimiento conservador Make America Great Again (MAGA). Musk subrayó la importancia de las elecciones del 5 de noviembre, describiéndolas como “las más importantes de nuestra vida”.
El apoyo de Musk representa un respaldo significativo para Trump, dado el perfil e influencia del empresario a nivel global, especialmente entre las nuevas generaciones y los defensores de la libertad de expresión, un tema que Musk ha destacado en su adquisición de X.
En conclusión, a medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre, Donald Trump continúa reforzando su mensaje de endurecer las políticas migratorias y energéticas, buscando captar el voto de los sectores más conservadores del país. Las acusaciones contra Kamala Harris, junto con el apoyo de figuras influyentes como Elon Musk, forman parte de una estrategia electoral que apunta a movilizar su base más leal. Con una competencia cerrada en estados clave como Wisconsin y Pensilvania, el ex presidente parece decidido a continuar su batalla política por la Casa Blanca, manteniendo como prioridad el cierre de la frontera y la reactivación económica a través de la explotación energética.
Este artículo está diseñado para destacar los puntos clave de la campaña de Trump y las acusaciones contra Harris, temas que sin duda serán cruciales en los últimos días previos a las elecciones. Además, aborda los factores externos, como el apoyo de figuras influyentes, que podrían impactar en la dinámica de esta reñida contienda.