Las vallas metálicas que protegían el edificio administrativo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) fueron retiradas, marcando un nuevo capítulo en el conflicto entre estudiantes y autoridades universitarias. La remoción de estas estructuras ocurre días después de una intensa movilización por parte del colectivo Enjambre Estudiantil Unificado, que exige transformaciones profundas en la vida universitaria.
Las barreras metálicas fueron instaladas el pasado 8 de mayo por decisión conjunta de las autoridades de la UAEMex y elementos de la policía estatal. Su objetivo era prevenir daños al inmueble ante el crecimiento de las protestas estudiantiles que exigían reformas democráticas dentro de la institución.
El 30 de mayo, estudiantes del colectivo Enjambre Estudiantil Unificado realizaron una marcha que culminó con la remoción forzada de las vallas. Durante la protesta, los jóvenes accedieron al edificio, generando daños materiales: vidrios rotos, pintas con consignas políticas, daños en equipos de cómputo y cajeros automáticos, como símbolo de protesta e iconoclasia. La protesta también incluyó el rechazo público al actual encargado del despacho, Isidro Rogel Fajardo, y la exigencia de medidas como el voto universal y la implementación de comedores comunitarios.
A pesar de la retirada de las vallas, las pintas estudiantiles permanecen visibles en las paredes del inmueble, reflejando el descontento que sigue latente entre la comunidad universitaria. Los vidrios rotos han sido reemplazados temporalmente con tablas de madera, y la seguridad universitaria se mantiene activa en la zona para evitar nuevos incidentes.
Las principales demandas del movimiento estudiantil incluyen:
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Voto universal para elegir autoridades universitarias
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Comedores comunitarios para apoyar a la población estudiantil de bajos recursos
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Renuncia o desconocimiento de Isidro Rogel Fajardo como encargado del despacho
Estas exigencias buscan una mayor inclusión y representatividad dentro de los órganos de gobierno de la UAEMex.
En conclusión, aunque la retirada de las vallas puede interpretarse como una señal de apertura, el conflicto no ha sido resuelto. La comunidad estudiantil sigue exigiendo cambios estructurales, mientras que las autoridades universitarias no han emitido una postura clara sobre las demandas. La situación mantiene en vilo a toda la comunidad académica y podría escalar si no se atienden los reclamos de forma directa y transparente.
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