El Presidente López Obrador y su Batalla Contra el “Tutupiche”: Un Vistazo a su Estado de Salud Ocular

AMLO con el ojo hinchado durante su Mañanera del 12 de febrero.
AMLO con el ojo hinchado durante su Mañanera del 12 de febrero.

En una reciente aparición que captó la atención nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, mostró signos de una infección ocular durante su conferencia de prensa matutina el 12 de febrero. Con el ojo derecho visiblemente más inflamado que en días anteriores, el mandatario reveló que sufre de una condición localmente conocida como “tutupiche“, un término que ha despertado curiosidad y preocupación entre los ciudadanos y seguidores de la política mexicana.

Una Afección Temporal pero Llamativa

La condición de López Obrador, que él mismo minimizó como una simple infección que esperaba superar pronto, se ha convertido en un tema de conversación tanto por su impacto visual como por lo que representa en el contexto de la salud del líder de la nación.

“Pues todavía sigue la infección, no se me quita el tutupiche, pero ya se va a quitar”, expresó el presidente con optimismo.

Su declaración, dada el 12 de febrero, sugiere una pronta recuperación, aunque la inflamación parecía haber empeorado desde su primera mención unos días antes.

¿Qué es un “Tutupiche”?

La curiosidad en torno al término “tutupiche” llevó a una revisión del Diccionario de Americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, donde se define como una variante regional para referirse a un orzuelo. Según la American Academy of Ophthalmology, un orzuelo es una protuberancia roja y dolorosa en la base de la pestaña o debajo del párpado, generalmente causada por una infección bacteriana. Estos pueden ser externos, iniciando en la base de la pestaña y semejando una espinilla, o internos, desarrollándose dentro del párpado por una infección en la glándula productora de grasa.

Mirando hacia el futuro y la conclusión de su mandato en 2024, el presidente López Obrador ha comenzado a prepararse para dejar un legado visual mediante un retrato oficial. En lugar de optar por una fotografía que pudiera capturar su estado actual, incluida la inflamación del ojo, el presidente ha elegido ser representado en una pintura que ya está en proceso. Eligiendo un escenario significativo, el Zócalo de la Ciudad de México, López Obrador desea reflejar su conexión con el lugar y su gente, excluyendo cualquier mención o representación del “tutupiche”.

En resumen, mientras el presidente López Obrador se recupera de su “tutupiche”, su enfoque pragmático hacia la situación y su compromiso con la representación tradicional en su retrato oficial subrayan una gestión caracterizada por la resiliencia personal y el respeto por los símbolos nacionales.