Pescadores de la costa norte de Brasil descubrieron una embarcación a la deriva con veinte cadáveres en su interior, presumiblemente migrantes de Haití. El bote, encontrado cerca de la ciudad de Braganca, en el estado de Pará, contenía cuerpos en avanzado estado de descomposición, marcados por severa deshidratación.
La policía federal, alertada por los pescadores, movilizó equipos de emergencia que remolcaron el bote hasta Vila Tamatateua, un pueblo cercano donde se prevé realizar más investigaciones. Según Alexandre Calvinho, delegado de la policía federal en Braganca, la hipótesis inicial sugiere que las víctimas, creídas refugiadas haitianas, podrían haber muerto de hambre y deshidratación. No obstante, se enfatiza la necesidad de más análisis para confirmar tanto la causa exacta de la muerte como la identidad de las víctimas.
Este lamentable evento destaca la peligrosa travesía que muchos migrantes enfrentan en busca de mejores oportunidades. Haití, golpeada por una aguda crisis humanitaria y de seguridad, ha visto cómo muchos de sus ciudadanos optan por buscar refugio en Brasil, la mayor economía de América Latina. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, el año pasado se estimaba que unos 161 mil haitianos residían en el país.
La fiscalía federal ha abierto investigaciones penales y civiles para esclarecer los detalles de esta tragedia. Mientras tanto, los expertos forenses trabajan arduamente para confirmar el número exacto de víctimas y proporcionar datos definitivos que ayuden a entender mejor la magnitud de este suceso.
