El cuerpo sin vida de Rogelio “N”, fue encontrado en las profundidades de un pozo en la localidad de Ejido de Los Padres, en Villa Victoria, Estado de México, marcando un trágico desenlace tras días de incertidumbre y búsqueda por parte de su familia.
La tarde del pasado miércoles 28 de febrero, la tranquilidad de la localidad se vio abruptamente interrumpida cuando la esposa de Rogelio, en un esfuerzo desesperado por encontrar a su esposo desaparecido, se aproximó a un antiguo pozo ubicado en las inmediaciones de su hogar. Su búsqueda tomó un giro devastador al descubrir, entre sombras y silencios, un sombrero familiar flotando sobre la superficie acuática, un presagio sombrío que la llevó a alertar de inmediato a las autoridades y a la comunidad.
Las primeras investigaciones apuntan a un violento asalto en el domicilio de la víctima como el posible preludio de este fatal desenlace. Indicios de lucha y desorden en su vivienda sugieren que Rogelio fue sorprendido por maleantes, quienes, tras perpetrar el robo, optaron por silenciarlo de la manera más atroz: arrojándolo al fondo del pozo para ocultar su crimen.
La movilización de equipos de emergencia y autoridades fue inmediata. Elementos de Protección Civil, junto con personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), se dieron a la tarea de recuperar el cuerpo, en un operativo que requirió de destreza y sensibilidad ante la mirada atónita de vecinos y familiares. La escena fue acordonada, preservando cada evidencia que pueda conducir a los responsables de este acto vil.
Este lamentable incidente no solo deja un vacío en el corazón de una familia, sino que también plantea interrogantes sobre la seguridad en nuestra comunidad. La policía, tomando como principal pista el robo, se encuentra en una carrera contra el tiempo para esclarecer este crimen y garantizar que la justicia prevalezca.
