En un acto de solidaridad que transforma vidas, el Estado de México se ha posicionado como líder nacional en donación de tejidos, un proceso vital que puede beneficiar a más de 200 personas con una sola donación. Esta práctica médica, que ha tomado fuerza en los últimos años, es gestionada en la entidad por el Banco de Tejidos del Estado de México, una institución clave en el sector salud.
Según explicó Ingrid Marisol Pérez, directora del banco, el Estado de México supera a entidades como Oaxaca, Morelos y Chihuahua, al encabezar las estadísticas nacionales en materia de donación de tejidos. Esta posición refleja no solo la infraestructura médica con la que cuenta la entidad, sino también la conciencia ciudadana sobre la importancia de donar.
El Banco de Tejidos mexiquense se especializa en la recolección, preservación y distribución de córneas, tendones, piel, hueso, amnios y ligamentos, todos ellos esenciales para procedimientos quirúrgicos y tratamientos médicos de alta complejidad. Estos tejidos pueden conservarse hasta por cinco años, gracias a un avanzado sistema de refrigeración que alcanza los 80 grados centígrados.
Este método de conservación permite mantener los tejidos en óptimas condiciones para su uso posterior, ayudando en intervenciones que van desde la reconstrucción de extremidades hasta la atención de pacientes con quemaduras, fracturas o lesiones craneales.
A diferencia de la donación de órganos, la donación de tejidos no está sujeta a una edad límite. Esto amplía significativamente el espectro de posibles donantes, haciendo de esta práctica una alternativa accesible y valiosa para quienes desean dejar un legado de vida.
A nivel nacional, existen actualmente 64 bancos de tejidos, de los cuales aproximadamente el 70% pertenecen al sector privado y el restante 30% al sistema de salud pública, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud. Esta distribución resalta la necesidad de fortalecer las capacidades del sector público para garantizar el acceso equitativo a este tipo de tratamientos.
La donación de tejidos representa un gesto altruista que tiene el poder de mejorar o incluso salvar la vida de cientos de personas. En el Estado de México, esta práctica ha encontrado terreno fértil gracias a una combinación de conciencia social, compromiso institucional y avances tecnológicos.
Para quienes buscan hacer una diferencia incluso después de la vida, el Estado de México se consolida como un referente nacional, ofreciendo una alternativa concreta para preservar la salud y el bienestar de quienes más lo necesitan.
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