La inflación al consumidor en México continuó su desaceleración durante la primera quincena de marzo, manteniéndose dentro del rango objetivo del Banco de México (Banxico). De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incremento quincenal del 0.14%, situando la inflación anual en 3.67%.
Este resultado representa una moderación respecto al repunte observado en la última quincena de febrero, confirmando la tendencia a la baja dentro del rango objetivo de Banxico, que se mantiene en 3% +/-1 punto porcentual.
El mercado ya anticipaba una desaceleración inflacionaria en la primera quincena de marzo, pero el resultado superó las expectativas. Según un sondeo realizado por Reuters, los analistas proyectaban una inflación anual de 3.76%, cifra ligeramente superior a la registrada.
Con esta desaceleración, se fortalece la expectativa de que el Banco de México, dirigido por Victoria Rodríguez Ceja, realice un nuevo recorte de tasas en su próxima reunión. Se prevé que el recorte sea de 50 puntos base, lo que dejaría la tasa de interés en 9.0%.
Uno de los factores clave en la desaceleración inflacionaria fue la reducción en los precios de frutas y verduras. En la primera quincena de marzo, estos productos registraron una disminución del 3.67% anual, tras haber mostrado incrementos en meses anteriores debido a la volatilidad del mercado.
Por otro lado, los productos pecuarios experimentaron un incremento del 8.93% anual, lo que llevó a que la inflación de los agropecuarios se ubicara en 4.22%.
Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno mostraron una inflación del 2.96%, mientras que el índice no subyacente de la inflación se situó en 3.89%.
El índice subyacente, que excluye bienes y servicios con precios volátiles, registró una inflación anual del 3.56% en la primera quincena de marzo. Dentro de este:
- Las mercancías aumentaron un 2.92%.
- Los servicios se encarecieron en 5.57%.
En conclusión, la desaceleración inflacionaria en la primera quincena de marzo representa una señal positiva para la economía mexicana y refuerza la posibilidad de que Banxico continúe con los recortes de tasas de interés. Sin embargo, el impacto en los consumidores dependerá de la evolución de los precios en sectores clave como alimentos, energéticos y servicios.
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