La designación de la jueza penal de Iztapalapa, Irlanda Gabriela Pacheco Torres, ha generado una tormenta de críticas y cuestionamientos. Apenas nueve días después de haber rendido protesta en el Poder Judicial de la Ciudad de México, solicitó una licencia de siete meses, una decisión que muchos califican como una falta de compromiso y una muestra de desdén hacia la institución que acaba de integrarla.
Una trayectoria marcada por señalamientos
Lejos de iniciar con el pie derecho, la figura de Pacheco Torres ya estaba rodeada de controversias. Ha sido señalada por presuntos vínculos con integrantes de la organización criminal Unión Tepito, además de acusaciones de fraude procesal y el presunto uso de documentos falsos. Estos antecedentes han levantado dudas sobre la idoneidad de su nombramiento y la confianza que debería inspirar en la ciudadanía.
La excusa: concluir labores en la Agencia Nacional de Aduanas
La jueza argumentó que necesita tiempo para cerrar de manera ordenada sus funciones como directora en la Agencia Nacional de Aduanas, antes de incorporarse de lleno al Poder Judicial. Sin embargo, su explicación resulta poco convincente para varios legisladores y especialistas en derecho, quienes ven en su decisión una muestra de improvisación y falta de seriedad en su papel como impartidora de justicia.
Reacciones en el Senado: división y críticas
La petición de licencia encendió un debate en el Senado. Legisladores de Morena como Enrique Inzunza y Saúl Monreal criticaron la solicitud, calificándola como “poco ética” y carente de justificación constitucional. La Comisión de Justicia discutirá el próximo miércoles si otorga o no la licencia, pero la sola petición ya ha dañado la imagen del Poder Judicial y alimentado la percepción de que se privilegian intereses personales sobre el deber público.
El caso de Irlanda Gabriela Pacheco Torres es otro golpe a la credibilidad del sistema judicial en México, donde los ciudadanos esperan jueces comprometidos y transparentes. La decisión de pedir licencia a escasos días de asumir el cargo transmite un mensaje de improvisación y desprecio hacia la responsabilidad de impartir justicia. Este episodio confirma que la falta de rigor en los procesos de selección sigue afectando la legitimidad de las instituciones.
La polémica en torno a la jueza Irlanda Gabriela Pacheco Torres refleja los graves problemas de fondo en la impartición de justicia: designaciones cuestionables, antecedentes oscuros y decisiones que ponen en duda el compromiso de quienes deberían defender la ley. Más que una simple licencia, su solicitud abre un debate urgente sobre la ética, la responsabilidad y la transparencia en el Poder Judicial.
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