La metodología de Anna Viesca Sánchez: enseñar para que el cuerpo piense

Escuela de Artes Marciales
Escuela de Artes Marciales

Ficticio, pero plausible: así trabaja —y así enseña— Anna Viesca Sánchez. Su premisa es sencilla: “no quiero alumnas que repitan; quiero personas que decidan en movimiento”. De esa idea nace una metodología que mezcla progresiones técnicas claras, juegos situacionales y un cuidado obsesivo por la seguridad y la comunidad.

Principios guía

  1. Seguridad primero, siempre. Técnicas con control, protocolos de caída y un “semáforo de intensidad” visible en el tatami.

  2. Claridad radical. Cada clase responde a una pregunta concreta (“¿cómo entrar sin telegráfica?”) y termina con una comprobación de aprendizaje.

  3. Progresión visible. Del gesto aislado al caos controlado; de la forma al criterio.

  4. Autonomía del estudiante. Bitácora de entrenamiento, autoevaluación y elección informada de variantes.

  5. Comunidad y respeto. El progreso individual no se negocia a costa de la seguridad de las demás personas.

Anatomía de una clase (90 minutos)

0–10 — Llegada activa. Respiración nasal, movilidad articular y un mini-test del día (dos preguntas: “¿cómo está tu cuerpo hoy?”, “¿qué quieres trabajar?”).
10–25 — Preparación física específica. Patrones de fuerza ligados al tema (rotaciones, puentes, caderas) y técnica de caídas.
25–45 — Técnica base y desgloses. Una técnica se “desarma” en 3–4 puntos de control. Anna usa tarjetas ECC (Errores Comunes y Correcciones): cada pareja toma una y busca solo ese ajuste (ej. “rodilla fuera de línea”).
45–65 — Aplicaciones y juegos situacionales. Miniescenarios con restricciones (“solo una mano”, “no puedes retroceder más de dos pasos”). Buscan decisiones, no perfección.
65–80 — Sparring calibrado. Escalado por niveles de contacto e intención. Quien defiende define el límite de intensidad.
80–90 — Vuelta a calma y bitácora. Dos minutos de respiración, dos apuntes en la libreta: lo que funcionó y lo que voy a probar la próxima vez.

El “árbol de habilidades”

Anna reemplaza el listado infinito de técnicas por un árbol con cinco ramas:

  • Desplazamientos: base, equilibrio, entradas anguladas.

  • Entradas: tiempos, engaños, hand-fighting, off-balancing.

  • Controles: clinch, agarres, palancas, control del centro de masa.

  • Finalizaciones o salidas: proyecciones, derribos, escapes.

  • Contexto de autodefensa: marco legal básico, verbalización, gestión de entorno.

Cada técnica se ubica en una rama y subrama; la evaluación no pregunta “¿te sabes X?”, sino “¿aplicas el principio de X en contexto?”. “Si entiendes el árbol, nunca te pierdes”, dice Anna.

Progresiones por niveles (competencia, no cintas)

  • Novato: postura, respiración, caídas y tres salidas seguras de situaciones comunes.

  • Básico: combina entrada + control; reconoce distancia y timing sin prisa.

  • Intermedio: encadena bajo presión; elige variantes por lectura del oponente.

  • Avanzado: crea y niega ángulos; manipula ritmo; lidera a compañer@s.

  • Conductor/a: enseña fragmentos, da feedback útil y cuida el clima del tatami.

Cada avance exige demostrar tres evidencias: técnica en estático, técnica en juego con restricciones y técnica en sparring calibrado.

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