Las Redes Sociales NO serán decisivas en la Elección Judicial 2025

Publicidad Digital - Redes Sociales
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Durante los últimos años, las redes sociales han sido el arma secreta de las campañas políticas. Han servido para conectar con votantes, lanzar mensajes estratégicos y hasta ganar elecciones. Pero en 2025, esa historia será diferente. En la próxima elección judicial, las redes no serán el factor decisivo. ¿Por qué? Dos razones clave: las nuevas reglas del INE y el exceso de candidatos.

Adiós a la publicidad en redes: el INE cambia las reglas

El Instituto Nacional Electoral (INE) ha metido mano dura y ahora los candidatos no pueden pagar publicidad en redes sociales. Sin anuncios pagados, se acabó la posibilidad de dirigir mensajes específicos a diferentes sectores de la población. Antes, un candidato podía enfocarse en jóvenes, empresarios o trabajadores de un sector particular. Ahora, su mensaje será un grito en el vacío digital, esperando a que alguien lo escuche.

Este cambio golpea fuerte a quienes apostaban todo a lo digital. Sin publicidad pagada, los candidatos dependen solo de la difusión orgánica, es decir, que la gente comparta sus publicaciones. Pero en un mundo donde el algoritmo prioriza entretenimiento y tendencias virales, ¿qué chances tiene un mensaje político de llegar lejos? Exacto, casi ninguna.

Uno de los grandes superpoderes de las redes era la segmentación: la posibilidad de mostrar el mensaje correcto a la persona correcta. Pero sin la opción de pagar publicidad, esto desaparece. Ahora los mensajes serán genéricos, sin un público bien definido, lo que los hace mucho menos efectivos.

Si antes los candidatos podían afinar su discurso para hablarle a cada grupo de votantes de manera específica, ahora su mensaje será como lanzar un dardo con los ojos cerrados. Y en una elección tan confusa como esta, eso significa perder relevancia.

Demasiados candidatos, demasiado ruido

La elección judicial de 2025 será un laberinto de nombres. Cada votante recibirá hasta nueve boletas diferentes con listas interminables de aspirantes. ¿El problema? Es prácticamente imposible que alguien recuerde todos los nombres que quiere elegir.

Las redes sociales pueden ayudar a generar reconocimiento, pero con tantos candidatos haciendo campaña al mismo tiempo, el ruido digital será abrumador. Aunque un candidato logre viralizarse, eso no garantiza que la gente recuerde su nombre cuando esté frente a la boleta. Sin una estrategia clara más allá de las redes, el impacto se diluye.

¿Entonces, qué sigue?

Los candidatos que entiendan que las redes ya no son el camino fácil tendrán que buscar nuevas formas de conectar con los votantes. Esto significa volver a los métodos tradicionales: contacto directo, entrevistas en medios, reuniones cara a cara y presencia territorial.

Las redes seguirán siendo una herramienta útil, pero ya no son el boleto dorado para ganar elecciones. Quien no se adapte a este cambio, se quedará en el camino. En 2025, los likes no se traducirán en votos, y la política digital tendrá que reinventarse.

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