¡Ya basta, carajo! En Cuautitlán Izcalli los baches no son simples hoyos en el pavimento: son trampas mortales, minas urbanas y el recordatorio diario de que a quienes gobiernan les vale tres kilos de madre lo que vivimos los ciudadanos. ¿Cómo carajos es posible que cada calle parezca zona de guerra y el presidente municipal, Daniel Serrano, siga diciendo que todo marcha perfecto? ¿Qué pinche realidad alterna está viendo este señor?
La neta, manejar aquí es un deporte extremo. Si no es que revientas la llanta, es que te friegas la suspensión, y cuando no, hasta terminas con el volante chueco. Y ojo, no solo son los carros: los peatones también la sufren, porque caminar entre charcos, baches y banquetas rotas es como andar en rally, pero sin casco. ¿De verdad tenemos que normalizar vivir en un municipio donde el suelo te juega en contra?
Lo más cagado (o más triste, depende de cómo lo veas) es que en sus conferencias Serrano se la pasa hablando maravillas: que si la infraestructura va viento en popa, que si la modernización, que si Cuautitlán Izcalli está al tiro. ¡Pura madre! La banda en redes sociales no perdona: fotos, memes, videos y comentarios llueven todos los días mostrando el desastre. Entonces, ¿de qué chingados presume Daniel Serrano si la realidad lo contradice a cada esquina?
Y aquí viene lo más cabrón: la gente ya no está enojada, está harta. Ya no hay paciencia, ya no hay “bueno, luego lo arreglan”. Ahora la pregunta en la calle es: ¿cuándo carajos vamos a tener un gobierno que deje de hablar mamadas y se ponga a tapar baches de verdad? Porque, seamos honestos, si no pueden con lo básico, ¿qué nos espera con lo demás?
👉 Entonces, estimado lector, la neta es que la indignación está más que justificada. Los baches no son un detallito, son el reflejo de un municipio abandonado. Y si Daniel Serrano no lo entiende, quizá lo entienda en las urnas cuando la banda decida que ya no quiere un gobierno que solo sabe dar el avión. ¿Será que la próxima vez votaremos con los baches en mente?