El Valle de Toluca continúa enfrentando desafíos significativos en cuanto a la calidad del aire. Durante este mes de noviembre, la mala calidad del aire regresó como una constante en la región, agravada por la reducción de las lluvias. Según los registros de la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, tres días de noviembre presentaron niveles considerados malos, mientras que el resto del mes se mantuvo en una calidad regular.
Durante los días 7, 8 y 13 de noviembre, los niveles de Partículas Menores a 10 micras (PM10) superaron los 100 puntos, mientras que las Partículas Menores a 2.5 micras (PM2.5) alcanzaron valores superiores a 87 puntos. Estos índices colocaron la calidad del aire en la categoría de “mala”.
El resto del mes no presentó mejoras significativas; aunque los niveles no alcanzaron niveles alarmantes, la calidad del aire se mantuvo en un estado regular, lo que sigue siendo motivo de preocupación para los habitantes de la zona metropolitana.
El año 2024 ha sido crítico en términos de calidad del aire para el Valle de Toluca. Entre enero y mayo, todos los días estuvieron fuera de los límites establecidos para las partículas PM10, y una gran cantidad de días también excedieron los niveles permitidos de PM2.5. Específicamente, los meses de marzo, abril y mayo fueron los peores, con índices consistentemente altos que impactaron la salud de los habitantes.
En comparación, los meses de julio, agosto y septiembre mostraron una mejora relativa, gracias al aumento de lluvias. Durante este periodo, el promedio mensual de partículas PM10 se redujo a 52 puntos, y las PM2.5 promediaron 29 puntos. Agosto destacó como el mes con menor contaminación, registrando solo cinco días fuera de norma en PM10 y tres en PM2.5. Sin embargo, con la llegada de la temporada de estiaje, los niveles de contaminación volvieron a incrementarse, especialmente en octubre y noviembre.
Con el próximo 30 de noviembre marcando el fin oficial de la temporada de lluvias, se espera que la calidad del aire empeore. El inicio de la temporada de estiaje, acompañado por lluvias por debajo de la media nacional, podría aumentar la concentración de contaminantes, particularmente en los meses de diciembre, enero y febrero. Estas condiciones meteorológicas adversas podrían agravar la exposición de la población a partículas finas, lo que representa un riesgo directo para la salud pública.
La exposición prolongada a niveles altos de PM10 y PM2.5 tiene serias implicaciones para la salud. Estas partículas finas pueden penetrar profundamente en los pulmones y el torrente sanguíneo, causando problemas respiratorios, cardiovasculares y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas. Además, la contaminación atmosférica afecta la biodiversidad y acelera el deterioro ambiental en la región.
A pesar de los esfuerzos realizados, es evidente que se requieren medidas más contundentes para combatir la contaminación del aire. Las patrullas ecológicas, destinadas al monitoreo y no a la persecución de infractores, son una herramienta útil pero insuficiente si no van acompañadas de acciones estructurales. Es crucial fomentar políticas públicas que promuevan el uso de tecnologías limpias, mejoren la gestión de residuos y reduzcan las emisiones de fuentes industriales y vehiculares.
En conclusión, la calidad del aire en el Valle de Toluca sigue siendo un desafío que requiere atención urgente. La persistencia de niveles altos de contaminación en 2024 y la inminente temporada de estiaje demandan una respuesta inmediata y coordinada por parte de las autoridades y la ciudadanía. Proteger el medio ambiente y la salud de los habitantes debe ser una prioridad, pues solo a través de esfuerzos conjuntos será posible mitigar el impacto de la contaminación en esta importante región del país.