Aunque con menor participación que en años anteriores, la octava edición de la Marcha Canábica en Toluca volvió a llenar de humo las calles del centro este domingo 20 de abril del 2025. Bajo el lema “Hasta la victoria verde”, cerca de 200 personas exigieron nuevamente la legalización del cannabis en México para usos recreativos, medicinales e industriales.
El contingente, convocado por el colectivo Gallo Colorado, avanzó desde la Glorieta del Águila hasta la Alameda Central Cuauhtémoc. Algunos marcharon a pie, mientras otros rodaron en bicicletas y motocicletas, portando plantas de marihuana, pancartas con consignas como “Regular, no criminalizar” y, en muchos casos, consumiendo cannabis abiertamente.
A diferencia de la edición anterior que logró reunir a más de mil 500 asistentes, la convocatoria de este 2025 registró una notable disminución. No obstante, los organizadores recalcaron que la movilización sigue siendo fundamental para visibilizar la necesidad de una reforma legal integral.
Los participantes denunciaron la falta de una política pública clara sobre el cannabis, que mantiene su uso en un limbo legal. Esta “zona gris” como la llaman fomenta el estigma, el mercado negro y la criminalización de los consumidores.
“Si no puedes cultivarla tú mismo, terminas consiguiéndola en la calle, sin saber qué estás consumiendo”, explicó Olaf Palomares, uno de los asistentes, quien también lamentó la ausencia de campañas informativas sobre el autocultivo y los beneficios médicos de la planta.
Gabriel, otro participante, compartió que utiliza cannabis como tratamiento para la ansiedad. Según su testimonio, el problema no es la planta, sino la falta de voluntad política para abrir un debate serio y científico.
Uno de los datos más preocupantes proviene del Instituto Mexiquense contra las Adicciones, que señala que la edad promedio de inicio en el consumo de marihuana en el Estado de México es de apenas 12 años.
A nivel universitario, se estima que cuatro de cada diez estudiantes consumen cannabis de manera habitual. Esta tendencia al alza ha llevado a expertos a proponer la creación de un Observatorio de Adicciones, encabezado por la Universidad Autónoma del Estado de México, para analizar el fenómeno y proponer soluciones desde una perspectiva de salud pública.
Aunque múltiples estudios han demostrado los beneficios del cannabis para tratar condiciones como dolor crónico, epilepsia y ansiedad, su uso sin orientación médica puede tener consecuencias, sobre todo en adolescentes, cuyo desarrollo cerebral aún está en proceso.
Organizaciones como México Unido Contra la Delincuencia han insistido en que la regulación del cannabis permitiría controlar calidad, dosificación y acceso, reduciendo así los riesgos asociados al consumo irresponsable y al narcotráfico.
Desde que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró en 2021 como inconstitucional la prohibición total del uso lúdico de la marihuana, el Congreso ha postergado en múltiples ocasiones la aprobación de una ley que regule su consumo, distribución y producción.
Actualmente, los usuarios deben recurrir a procesos de amparo individuales para ejercer su derecho al consumo personal, un trámite que es costoso, lento y poco accesible para la mayoría.
En conclusión, la marcha de este domingo 20 de abril concluyó con una nube de humo en la Alameda Central, pero también con la convicción de que la lucha por la legalización del cannabis en México sigue viva. Pese a la baja convocatoria, los colectivos convocantes aseguraron que seguirán presionando desde las calles y los tribunales para lograr una legislación justa, funcional y basada en la ciencia.